
La periodista Bárbara García, hija de desaparecida, fue testigo del secuestro el 13 de junio de 1973 de su madre de nacionalidad española, Rocío Ángela Martínez Borbolla, a manos de un grupo comando integrado por efectivos del Regimiento de Infantería N° 6 de Mercedes que irrumpió en su casa y se llevó a su madre, quien continúa sin aparecer. Sin embargo el represor pide prisión para Bárbara por “falso testimonio”. Sobre este contrasentido que se está dando en los laberintos de la injusticia, y la megacausa que cuenta con 85 testigos, habló con Comunas.
Cabe destacar que el represor al que hace referencia, es Martín Sánchez Zinny, acusado de formar parte de un grupo de tareas en una megacausa por 37 desapariciones, quien hoy goza del beneficio de la prisión domiciliaria.
Es él quien pide prisión por falso testimonio para Bárbara, la hija de Rocío, su víctima, quien lo reconoció cuando ella acaba de cumplir 9 años y en la madrugada de aquel 13 de junio, un grupo comando integrado por efectivos del Regimiento de Infantería N° 6 de Mercedes irrumpió en su casa y se llevó a su madre, Rocío Ángela Martínez.
“Es una locura, -manifiesta con dolor e impotencia Bárbara-, a medida que pasan los días me cuesta cada vez más creerlo, si uno lee la causa que presentaron en donde me incriminan de falso testimonio, no tiene sostén legal alguno -es ahí donde más me preocupo-, cómo puede ser que haya llegado hasta Casación algo que no tiene sustento legal” -se lamenta-.
Acusar a una persona de que es imposible de que se acuerde de un hecho semejante.
“Eso está atentando contra nuestra historia. El señor (Martín Sánchez Zinny) está implicado en u una causa que debería estar comenzando a fin de año o el próximo, lo único que este señor quiere es desestimar mi declaración” -remarcó Bárbara-.
“Tengo las pruebas, fundamentos, lo padecí, él me pegó, nos denigró a mi hermano y a mí, somos 85 testigos en la megacausa -reiteró-, este hombre está atrás de mi, y quiere a toda costa que yo no llegue a declarar, no sé cómo, pero atenta contra mi palabra mi historia, contra nuestros desaparecidos y contra todo” -se quejó-.
A grades rasgos Bárbara contó la historia, aclaró que su mamá vivía con su nueva pareja, que ella acababa de cumplir 9 años, y su hermano Camilo 4 años.
“Uno ya sabía que algo iba a pasar, porque escuchábamos a mi madre y vivíamos en guardia. Esa noche golpearon la puerta al grito de “Es el ejército militar, abran la puerta h. d. p”. . todo un desastre… automáticamente me voy a la cama de Camilo -vivíamos en una planta baja en Haedo-, barrio de trabajadores, yo con mi hermano trataba de abrir la ventana para escaparnos, porque sabía por mi madre que si a ella le pasaba algo tenía que escapar y cuidar de Camilo, cuando vi la situación, entró un señor con un arma enorme y se empieza a matarse de la risa cuando viendo que éramos dos criaturas queriéndonos escapar, empezó a burlarse, a reírse, me pegó un culatazo con el arma en la pierna. Todo esto transcurría en mi cuarto, mientras mi madre, del otro lado pedía ¡ a mis hijos no les hagan nada!. Y le proferían barbaridades. El tipo me decía con disfrute, a tu mamá no la vas a ver nunca más. A mi madre se la llevan rápido, y nosotros quedamos con Camilo bastante tiempo dentro de la casa”.
Ese tiempo debe ser inolvidable para ellos, y vos de ese hecho no te olvidas jamás…
“Por eso digo que no tiene sustento la denuncia que este hombre me hace donde me acusa de falso testimonio, tensión, todo, una cosa en la que me quiere sacar del juicio…”
¿Por qué entró el ejército ahí, siendo una zona de Haedo que era de la Aeronáutica?
“Porque este grupo de tareas pertenecía a la Infantería número 6 de Mercedes y estuvieron a cargo de lo que fue la masacre de la Imprenta de San Andrés, donde se confeccionaba la revista Combatiente y Estrella Federal”.
“Allí acabaron con todo. Esta gente fue detenida cuando nunca se lo imaginaron, no hace mucho en el 2017, ellos pensaban zafar, de hecho Sánchez Zinny estaba autografiando sus libros en la Feria del Libro, esta gente pertenecía a un poder lobista jurídico político, de hecho uno de los detenidos había sido diputado” -sintetizó-.
“Esto es lo que también preocupa mucho. Dos veces el Juez Canicobal Corral desestimó las apelaciones de ese señor, luego pasa a Cámara federal en donde también es rechazado el pedido de procesamiento hacia mi persona, y de ahí rápidamente llega a Casación cuando teníamos comodoro Py cerrado por el Covid”.
“Hay indicios que hacen prender luz roja” -señaló Bárbara y reconoció el apoyo que ha recibido de la Secretaría de Derechos Humanos y otras importantes figuras-. “Estoy con apoyo terapéutico” -informó finalmente Bárbara-.