Hallaron muerto de un balazo en el baño de su departamento al Fiscal de la Causa AMIA, Dr. Alberto Nisman, quien días atrás había denunciado a la Presidenta de la Nación, junto a otros funcionarios y dirigentes oficialistas, por supuestos ilícitos vinculados a la investigación del atentado contra la AMIA.
Son horas difíciles para nuestra joven democracia, muy difíciles. Quién puede olvidar las dantescas escenas del atentado a la Embajada de Israel en 1992, de la voladura de la AMIA dos años después, que es el segundo mayor atentado contra la comunidad judía después del genocidio nazi. A veces los argentinos convertimos estas tragedias universales en meros hechos de política doméstica, mientras que para el mundo revisten la importancia que indudablemente merecen.
Qué más iba a decirnos Nisman esta tarde en el Congreso nunca lo sabremos, porque de todo lo que venga ahora, naturalmente, desconfiaremos, porque si bien, funcionalmente, otro Fiscal continuará interviniendo en la causa, ya no será lo mismo.
Entiendo que, una vez más, la investigación del atentado contra la AMIA queda paralizada, hecho lamentable que solo beneficia a sus autores y perjudica a todos los argentinos.
El terrorismo internacional no debe subestimarse como amenaza presente y constante, no es correcto asumir que sus sanguinarios ataques solo se circunscriban a Paris, Londres, Washington o New York, sino que el “campo de batalla” del terror organizado es el mundo, y la Argentina puede dar testimonio de ello.
Mientras tanto, las víctimas y sus familiares reclaman justicia, y les asiste la razón.
En su momento, a fines de 2013, apenas asumí mi mandato como Diputada Nacional, denuncié que el Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán por el atentado contra la AMIA es inconstitucional, porque afecta el derecho de las víctimas a obtener el debido reconocimiento judicial a sus derechos, tal como lo establecen los tratados internacionales de derechos humanos, la jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los códigos procesales penales más modernos. En consecuencia presenté el Proyecto de Ley Nº 8264-D-2013, propiciando la derogación del Memorándum de Entendimiento entre el Gobierno de la Republica Argentina y el Gobierno de la Republica Islámica de Irán.
Asimismo he presentado otros dos proyectos de mi autoría íntimamente vinculados al tema: 4266-D-2014, referido al otorgamiento de resarcimiento económico a las víctimas del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina -AMIA-; y 6465-D-2014, referido a permitir que se realicen juicios “en ausencia” a los sospechosos de haber cometido estos delitos; es decir, para superar el obstáculo que paraliza la causa AMIA: la imposibilidad de lograr la presencia de los imputados.
Con profunda tristeza asisto al “desfile” mediático de candidatos que tratan de sacar provecho de la tragedia, valiéndose de cualquier recurso, aún de los más viles. Sin embargo, confío plenamente en la inteligencia del pueblo argentino y de su absoluta convicción democrática.
Por último, hago un llamado a todos los sectores políticos: preservar la institucionalidad es el remedio más eficaz en este y en todos los casos, es decir, cada cosa en su lugar, que investiguen los fiscales con la ayuda de las fuerzas de seguridad, que los jueces resuelvan con las pruebas a la vista, que el Congreso sancione las leyes que pongan fin a la impunidad del Caso AMIA y sus derivaciones, y que el Ejecutivo Nacional se ajuste a las obligaciones y los límites que le imponen la Constitución Nacional y las leyes.