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Opinión

No se trata de pedir limosnas a los más ricos.

Por Margarita Pécora B. –

 

 

Ya es como un clásico de la política argentina: siempre  que se  intenta rozar con  apenas  un pétalo la integridad de la inmensa fortuna que acaparan los ciudadanos con mayor riqueza para que cumplan -por Ley-, ya que no todos lo hacen por voluntad  el gesto humano de ayudar a los más pobres,  saltan a la vista las miserias humanas y los intereses mezquinos  de quienes  se encolumnan tras una negativa a la propuesta que  se gesta desde  el Poder legislativo, para  crear un impuesto al patrimonio de los dueños de las grandes empresas argentinas.

Todavía no es una idea acabada y  ya los principales líderes de la oposición sacaron a sus soldados a  disparar  artillería gruesa contra la propuesta  que promueve  el diputado nacional Carlos Heller, Presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la nación quien considera el tributo a grandes patrimonios  como “ la única salida para generar recursos»  en el contexto extraordinario de una pandemia que tiene a la economía del país  paralizada para prevenir  que no se pierda la divisa más valiosa que son las vidas humanas, motivo aclarado por Heller en el sentido de  que “la contribución estará destinada a atender a los sectores más afectados por la crisis generada por la pandemia de coronavirus.”

Es    una    iniciativa, aún en proceso de diseño y acabado- reitero., y que busca como se ha señalado, “crear un impuesto extraordinario sobre el blanqueo de capitales, las ganancias de grandes grupos económicos de bancos, supermercados, laboratorios y compañías de seguros.”

El tratamiento de esta propuesta podría avanzar en la comisión que preside Heller, si se llegara a flexibilizar el aislamiento social a partir del día 13, pero de no ser así, tendrían que buscar otros mecanismos para llegar a un consenso en ese ámbito.

Pero no todos piensan que conviene tocar este tema, en momentos como el que atraviesa el país.

El cordobés Mario Negri, jefe de la bancada de Juntos por el Cambio ya insinúa que no ve con buenos ojos, que durante la emergencia “sólo funcione el Poder Ejecutivo” y le recuerda a Alberto que “Las facultades que le hemos dado al presidente son para afrontar la pandemia, y que deje de buscar a la oposición para pelear”.

En todo caso, el “impuesto Heller”, se circunscribe en la pandemia, se justifica por ella y no tiene otro fin que no sea el de no pedir limosna a los ricos, sino imponerles   un leve y casi imperceptible impuesto sobre sus abultadas ganancias, para asistir a los pobres que están en el blanco de la muerte ya sea por el coronavirus, o por la pobreza agravada durante este parate económico donde pesa y aplasta más aún la inmensa deuda con el FMI.

El diputado nacional José Luis Ramón, un mediador en términos político-legislativos, ha compartido con Comunas su opinión, en la que señala, al parecer coincidiendo  en cierto modo con Negri  en que:

“No es momento para generar conflictos y peleas, tenemos que trabajar en lograr consensos y contención para todos los grupos que se ven afectados en esta emergencia, priorizando aquellos con mayores necesidades. Por otro lado, hay que recordar que no fue el gobierno anterior el único que realizó este tipo de blanqueos y que, si empujamos este tipo de medidas, entonces el estado argentino pierde credibilidad a futuro.

“Por si fuera poco, – recuerda Ramón- hace pocos meses ya aprobamos emergencias con impuestos especiales, y se están tomando medidas en la emergencia para logar nuevos equilibrios que protejan a los más débiles. Aun cuando quedan muchas otras medidas para tomar (como prohibir el cobro de intereses en el curso de la emergencia para los préstamos bancarios, o resolver a favor de los consumidores en el caso de la falta de servicios educativos o por la cancelación de pasajes aéreos), se están tomando medidas atinadas en el curso de la emergencia y, salvo algunas excepciones (como en materia de telecomunicaciones, bancos y obras sociales) se está buscando un equilibrio justo.”

Lamento discrepar en algo con el diputado Ramón: No creo que el estado argentino vaya a perder credibilidad ni mucho menos respeto por respaldar una iniciativa que busca beneficiar a los más desvalidos, rozando con un pétalo los intereses de los más ricos, todo lo contrario, podría ser recordado con gratitud, por ese gesto que busca imponer la solidaridad en medio de una tragedia como la que vivimos.

Nadie va a preguntar a los ricos cómo hicieron tamaña fortuna, solo se les va a sacar una insignificante cuota para ayudar a los que nada tienen.

El Covid-19 llegó para quedarse por más tiempo de lo que suponemos, y es ahora cuando todos los argentinos debemos unirnos para seguir dando una respuesta altruista, como la que lograron los medios televisivos con la maratón solidaria que pudo recaudar 88 millones de pesos para   que la Cruz Roja argentina entregue insumos a hospitales en medio de la pandemia.

Entonces, vemos que apelando al sentimiento solidario   se puede avanzar sin pedir limosnas. pero si no hay oídos receptivos para ese clamor unánime, vale la pena intentar una medida como la que se analiza, para tiempos de guerra como los que vivimos en medio de esta pandemia.

 

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