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SILVIO KATZ: Una víctima de las miserias humanas durante la Guerra de Malvinas.

Por Gabriel Russo.

El ex combatiente argentino de la guerra de Malvinas, Silvio Katz, quien fuera brutalmente torturado física y sicológicamente por su propio jefe militar, acude a los recuerdos de ese triste suceso que lo dejara marcado para toda su vida, a 38 años de la épica acción que los argentinos no olvidan.

Vos fuiste uno de los malvinenses torturados…

“Sí señor, uno de los torturados argentinos, como siempre tengo que salir a aclarar porque no fui torturado por los ingleses, sino por el Ejército argentino” -precisó Katz-.

Eduardo Sergio Flores Ardoino, era el nombre de su torturador -confirmó Katz- y “era en su momento subteniente del Ejército argentino, ahora está retirado”.

¿Por ser judío fuiste torturado?

“A mí por ser judío, a negros por ser negros, a gordos por ser gordos, era parte del plan sistemático que ya venía con 30 mil desaparecidos”.

“La primera y más terrible de todas las torturas era la sicológica -detalló Katz- porque a la mañana empezaba diciéndome judío de mierda, cagón, traidor, era para que uno pierda su bien más preciado que es la honestidad. Yo tenía solo 19 años”.

“Después las físicas, el estaquearme, hacerme poner manos y piernas en el agua congelada hasta que no sintiera más las extremidades, el ponerme un arma en la cabeza y hacerme comer la mierda. Tengo una larga lista, lamentablemente”.

“Cuando me estaqueaba me hacía orinar por mis propios compañeros bajo amenaza constante, y hacerme odiar por mis compañeros, lo que no pudo lograr porque entendían que yo era la víctima y él un victimario. Siempre digo que un 10 % le creyó y aún sigue pensando que todos los judíos somos una mierda, etc.” -se lamentó-.

¿Cómo en tu caso cuántos hubo?

Torturas en Malvinas han cientos. Hay 95 denuncias y 105 casos denunciados, pero hay muchos que ya murieron y otros que todavía hoy, 38 años después de la guerra, tienen mucho miedo a hablar, a la represalia, viendo fantasmas de militares persiguiéndolos. Te podría decir que superan fácilmente los 300 casos. Calculo que unos 200 más no se animaron a denunciar.

“Los que ayudaron a la tortura no recuerdo sus caras, sí las de los que vinieron en su momento a decirme que estaban conmigo. Ya uno no necesita recibir la frase “me equivoqué”, nunca busqué que me pidan disculpas”.

Concretando. El ex combatiente de Malvinas recordó que solo pudo mandar 4 cartas al continente “dos de ellas antes de empezar las torturas físicas, y dos después porque nos hacían entregar las cartas en un sobre abierto y que las iban a leer y yo quería mandarle noticias a mi familia de que estaba vivo todavía”.

“Hubo después un gobierno que trató de desmalvinizar -gran error para mí-, y después se fue abriendo el contexto y pudimos empezar a hablar. Me costó muchos años y terapias poder hablar, superar las torturas y al guerra no fue de un día para otro” -destacó-.

“Entre la contención de mi familia y al ayuda que recibí pude por lo menos poner las cosas en su lugar, no puedo olvidar las torturas, ni que el que me torturó tiene las mismas medallas que yo y está libre. Quiero dejarles a mis hijos el legado de que en su país hay justicia”.

“En los últimos años las causas estuvieron muy paradas. Ahora tenemos de vuelta un gobierno con aspiraciones de los derechos humanos y tenemos fe” -redondeó finalmente-.

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