Argentina se halla, prácticamente en cuarentena. Quizás en poco tiempo imite a Francia que ya su gente no atraviesa la línea municipal.
Con escasa gente en la calle, la familia se reúne en torno a un aparato cuadrado, en colores, que emite miedo y mentiras a repetición. Te controla, te desinforma y te encierra.
Alcohol en gel, infectados, muertos, prohibiciones, consejos, terminología médica, son las palabras más mencionadas por locutores bien vestidos con temor en sus caras y desconocimiento en su verba.
Ese aparato, con sus locutores te cuenta todo menos el origen del virus y sus consecuencias. Aquellos que creen que todo se originó con un murciélago no pueden confirmar ni asegurar la versión. El resto que apuesta al enemigo natural de las mayorías, el imperio y sus socios, las corporaciones, presume, sospecha pero no confirma. En una palabra seguimos hablando de infectados, gel y después del corte volvemos.
De todas maneras, algo se puede rescatar del día a día con este virus importado. Sabemos que China otorgará ayuda sanitaria a la Argentina. También sabemos que Estados Unidos nos aprieta con la deuda externa, nos presiona, nos instala bases militares y nos manda flotas a recorrer a la Patagonia en modo vigilante.
También podemos conocer que la dictadura cubana se esfuerza por ayudar a China y al mundo con sus antivirales. Sigue siendo ejemplo en medicina, eso sí no elige a sus diputados. Estados Unidos, que por suerte elige a sus representantes, está ocupado en mandar tropas a Venezuela, Rusia y bancar a presidentes auto-elegidos. No hay como la democracia.
También con la caja boba podemos enterarnos del sacrificio de Médicos sin Fronteras y del trabajo de la OEA para desestabilizar países del tercer mundo o de las naciones Unidas reunidos con las Corporaciones en Davos, dos meses antes de conocido el virus.
Ya conocemos que la dictadura venezolana manda médicos para ayudar a la democracia italiana. La misma que destrozó su sistema de salud y paga las consecuencias. Por suerte, Italia vota bien. España, en la misma línea que Italia, recibe la misma ayuda. También España vota correctamente, también privatizó su salud pero es solo un detalle. Demasiados gallegos y encima viejos.
Aquellos que permanecen con sistemas de salud donde el libre mercado no metió sus narices le hacen frente a un virus capitalista. Hablamos de Dinamarca, Islandia, Suecia, Finlandia, Noruega y las dictaduras americanas. Las democracias europeas y la policía del planeta, Estados Unidos, pagan tributo al libre mercado con muerte, muerte y más muerte. Pero que bien que eligen a sus diputados.
La vida sigue. Argentina por ahora, gracias a un gobierno nacional, popular, negro y feo combate diariamente al virus y no cae derrotado. El anterior gobierno, de color amarillo, ya no está más, sino te escondía el gel como lo hizo con las vacunas. Estos negros que están en el poder le sacan agua a las piedras mientras los sinvergüenzas con cargo y color de desprecio reclaman interpelar a Gines García. Unos miserables.
El pueblo hoy vive en familia. Algunos salen a trabajar, otros no. Todos con gel en las manos, pero disfrutando de la seguridad, del medio ambiente en crecimiento y del miedo que nos impone el sistema. Cosas de la vida.
