Las retenciones para el mundo sojero serán del 33 por ciento y hasta acá llegó Alberto Fernández. El enojo presidencial se produjo porque todo estaba negociado, todo estaba aceptado. El apretón de manos de la derecha sojera fue creido por el presidente. El gobierno pecó de ingenuo. Como creerle a los que pretenden ser dueños de la Argentina. Ellos son la derecha sojera no son el campo. Ellos son los que cortan rutas porque no quieren ganar un poco menos y son los que discriminan a los piqueteros que cortan calles porque quieren comer.
Desde la 125 que extorsionan a los gobiernos excepto el desgobierno de Mauricio Macri. Ese gobierno que pulverizó la economía y puso de ministro de agricultura a Echevere. El mismo que permitió que liquiden sus ganancias cuando quieran y como quieran. Esa corriente política hizo senador al desdentado De Angelis, son los mismos que respaldaron el no positivo de Julio Cobos y los mismos que avalaron a De Angelis cuando en el senado avaló el aumento de un impuesto a favor del gobierno y en contra de los pooles sojeros.
Hoy la Argentina es tierra arrasada, pasamos de un país sin deuda con el FMI en el 2015 a un país acabado despúes de Macri. Claro, la derecha sojera ganó casi 900 millones de dólares en el período más terrible de la historia. Mientras los docentes son conscientes y no van al paro como pasa todos los años, mientras los obreros ponen como prioridad el plan alimentar, o sea que la gente coma primero y después hablamos, la derecha sojera en una actitud miserable no respeta acuerdo alguno y va al paro por 96 horas.
“Ellos quieren ganar siempre”, dijo muy enojado el presidente. La Mesa de Enlace prepara el paro para el día 9 terminando el 12. Una alta fuente de los representantes de la oligarquía razonó y nos confió los siguiente” acá empieza el golpe de estado, no es una cuestión de plata sino ideológico”. No resulta sorpresiva esta versión. Fueron ellos los colaboracionistas del gobierno de entrega de Mauricio Macri. Son corresponsables en el mayor saqueo de la historia y hoy se plantan como si nada hubiera pasado.
Vergüenza ajena otorga este sector de la política argentina incapaces de un diálogo democrático y menos aun de asumir los costos de su complicidad en la disgregación económica realizada por el entregador Macri. Hoy como en el 2008 extorsiona al gobierno con sus piquetes gourmet. Pero la diferencia es que en ese tiempo había recursos y hoy venimos del mayor robo en la vida institucional de la Argentina que llevó a cabo el macrismo y sus cadetes, los radicales.
El presidente no debe aflojar, no debe dejar extorsionarse y estos mal llamados señores del campo, deben pagar el 33 por ciento y a llorar al campito.
