
Y comenzó el gobierno de Alberto Fernández. Ya no hay más excusa. A partir del mensaje al Parlamento y la comunidad toda el Frente de Todas en la cabeza de Alberto comienza a tratar de colocar de pie la Argentina que acostó Macri y el mundo sojero insiste en poner de rodillas.
Las principales pretensiones del gobierno de la coalición fueron enunciadas, no sin antes aclarar en el comienzo del discurso el valor de la palabra. El presidente puso énfasis en el cumplimiento de la misma, en no defraudar a la población y cumplir a rajatabla con la propuesta electoral más lo dicho en la mañana de este último domingo.
Quizás el kichnerismo duro esperaba más de Alberto. Los nombres de Milagro Sala y Amado Boudou no fueron pronunciados. Mencionó la idea de una justicia al margen de la política y “que no sea usada para el espionaje”. Otro sector del Frente esperaba escuchar que se hará en materia de seguridad. La inseguridad no respeta ni elecciones ni mandatos. El tema no fue lo profundo que debía haber sido. El resto sí se mencionó. En orden de importancia temas como el aborto, la reforma judicial en el aspecto jubilatorio, la desclasificación de los documentos de la AMIA tomaron las tapas de los portales.
Mientras el discurso promediaba los sectores del campo estaban alertas para ocupar las rutas o no. No lo hicieron pero de todas maneras se manifestaron en contra de todo lo que dijo el presidente. Fernández no habló de porcentajes pero si ratificó que el sector sojero debía hacer un esfuerzo.
Hoy los grandes pooles escondidos en la denominación “el sector del campo” comienzan el plan golpista. Aquellos que cosechan trigo y maíz no tendrán novedades en sus bolsillos, las economías regionales serán favorecidas y los sojeros ganarán un poco menos. Así sea por diez pesos la derecha sojera no concibe al peronismo en el poder y lo quiere fuera, máxime si Cristina se encuentra en la vicepresidencia.
Todos los discursos presidenciales desde 1983 a la fecha, salvo el de Macri, fueron emocionantes. Solamente los de Néstor y Cristina se cumplieron. El resto fueron enunciados bonitos que no llegaron a concretar la mitad de lo solicitado por el ejecutivo de turno. El mensaje de Alberto se amparó en la ética, la justicia y el cumplimiento de la palabra. Si logra concretar el 90 por ciento de lo pedido será un gran gobierno. Pero los sojeros apuntalando al macrismo vergonzoso tratarán de que este gobierno fracase y si no termina mejor.
Por eso atención con los reclamos de un sector de la comunidad. Los docentes en Salta y Chubut le hacen el juego a la derecha de la mano del trokismo. Hoy Chubut es ingobernable y mucho tiene que ver la gente de Nicolás del Caño. Algunos, no muchos, docentes pararán por pedido de esa izquierda tonta y funcional a la derecha. La misma que votó en blanco diciendo que Macri y Scioli eran lo mismo, la misma que tiene pantalla en C5N oponiéndose a todo. La misma que en nombre del antimperialismo cobra de la derecha.
Esto recién empieza, y no es hora de balance. Si Alberto cumple con su palabra Argentina se pone de pie. Si duda, si no sabe negociar, el sojero pondrá de rodillas al país para que luego la DERECHA acueste definitivamente a la Argentina. Por eso como dice el presidente recobremos el valor de la palabra para cumplir y terminar con el político mentiroso y corrupto.




