
Es indudable que el ejército de opinadores formado por la clase media hicieron, hacen y harán
mella en el concierto de la opinión publicada gracias a su supina ignorancia y ese odio sin razón
ante el hecho maldito que el burgués llama peronismo.
Para descalificar a los gobiernos de ese signo político jamás se usa la política pero si la mentira
que gira en torno a la ética y a la discriminación. Cristina es odiada por su cercanía con las
clases más bajas, por su cartera importada, por el uso de la cadena, por que se tiñe o porque
se robó uno, dos o tres PBI dependiendo el medio donde se declare o el día. A todo lo
mencionado lo que conoce la clase media y puede hablar con cierta sapiencia es sobre las
carteras importadas. Difícil que se odie a Cristina por la jubilación al ama de casa, el fútbol para
todos, el precio bajo de los alimentos o las tarifas.
A Perón también se lo odia. Y si, dejó entrar a los nazis. “Es curioso decía Jorge Abelardo
Ramos, los nazis que huyeron y trabajaron para los Estados Unidos, incluso se le debe la
llegada del hombre a la luna, eran alemanes, los nazis que captó la Unión Soviética y colocaron
al Sputnick en órbita eran alemanes pero los nazis que llegaron a la Argentina eran nazis”. Ni
hablar cuando la población comía pan negro o no tenía acceso al té de Ceilán. Pero no se lo
odia por las leyes sociales, laborales y humanistas que hicieron un país de una colonia.
Para certificar esta idea diremos que entre 1947 y 1955 el país se capitalizó en 2915 millones
de dólares . Con esto se invirtió en maquinarias, agrícolas, ferroviarias y automotores, además
de 5000 km de líneas férreas. Scalabrini Ortiz escribió al respecto:” No se necesitó empréstitos
extranjeros para las inversiones argentinas. The Times por aquel entonces estaba calladito…
sonriendo, quizás, al contemplar los esfuerzos argentinos para consolidar su independencia. Lo
imagino sonriendo y no con el ceño adusto, porque fue leyendo las memorias de Bismarck
donde aprendí que la oportunidad de temer es aquella en que Inglaterra sonríe”.
Los 12 años peronistas fueron de crecimiento a tasas chinas, con sus defectos, con sus
deslealtades y sus oportunistas que hoy están entre rejas, pero de crecimiento y bienestar
general. Muy parecido al primer gobierno de Perón. Tal es así que el mismo general Aramburu
dijo en 1955: “el país debe desacostumbrarse a una holgura que no está de acuerdo a nuestros
medios”. Esto no se escuchó en boca de dirigentes macristas alguna vez o estoy loco?.
Los enemigos de Perón o de los k se pueden dividir en dos partes. Unos lo fueron por sus
errores. Otros, por sus aciertos. Los primeros merecen respeto, los últimos el total desprecio.
Y acá nuevamente nos visita ese segmento de la clase media que se instruye con Baby,
Feimann o Lanata. En esas sintonías solo acrecienta su ignorancia, su odio y su respeto por la
mentira lo que totaliza en su ser un desclasado cien por cien.
Con lentitud con defectos el país se está reconstruyendo. No es la perfección absoluta pero ya
los medios no transmiten las vacaciones de un presidente, no festejan la falta de estudios de
los dirigentes y visibilizan, de mala gana, los acuerdos logrados por el presidente y su ministro
de economía a pesar de no haber llegado a los cien días de gobierno.
De todas maneras la oligarquía está agazapada y espera el momento oportuno para volver a
tallar en el gobierno y consolidar una colonia. Por ahora está enojada pero no triste, sabe que
cuenta siempre con la ignorancia de un sector de la clase media que los apoya.




