La justicia tan temida
La denominada Causa CICCONE, que tiene procesado al hoy Vicepresidente Amado BOUDOU, con el correr de los años se habrá de convertir en el emblema y punto de partida del cambio judicial en la Argentina. Pasará un tiempo más que prudencial es cierto, pero una vez esclarecido el hecho, el poder menos democrático de la república deberá reciclarse por sí o por algún otro remedio constitucional, de lo contrario desfilarán hechos violentos ante sus estrados. Los que hoy ostentan mayoritariamente las decisiones federales de peso, incluso la Corte Suprema, verán hecho trizas el prestigio que alguna vez ostentaron, porque sus compromisos políticos le impidieron actuar con equilibrio.
Antes que nada es bueno aclarar que cuando se dice que “la gente no cree en la justicia” nos estamos refiriendo a que “la gente no cree en los jueces”, no interpela ni a las leyes ni siquiera a los abogados, el dedo acusatorio va contra los que integran ese poder. Por supuesto ellos se hacen los distraídos, se creen superiores, apolíticos e impolutos, pero nada es cierto, muchos están manchados y no alcanzan a comprender que todas las sentencias son políticas. Para los que descreen de este postulado vaya una mínima aproximación: La parcialidad y falta de ecuanimidad de un juez merece una sanción, se origina en el Consejo de la Magistratura y la destitución se consuma en el Parlamento con el denominado “juicio político”, o sea que un órgano de gobierno juzga al pretendido juzgador equidistante, nada es casual y no se trata simplemente de una coincidencia semántica.
Volviendo al tema que nos ocupa, pensar en la eventual culpabilidad de BOUDOU implicaría concluir que la familia CICCONE es una víctima inocente en esta causa y esto es un error. A Calcográfica CICCONE le fue encomendada la impresión de los boletos del Mundial de Fútbol 1978, posteriormente y por su vinculación con el poder militar, se ocuparon de los billetes de la Lotería Nacional y así pasaron a estampar todos los cheques del Banco de la Nación Argentina. Imaginemos sólo con esto último el cúmulo de trabajo que tendrían. Estamos hablando de una clientela cautiva, con total respaldo y seguridad en el cobro, por eso pensar en un desequilibrio financiero como para llegar a la quiebra, con una deuda que en 2010 superaba los 200 millones de pesos (aproximadamente 75 millones de dólares), es pecar de ingenuidad.
El despecho de una mujer divorciada, que se paseó por los canales del Grupo Clarín diciendo que su marido de apellido VANDENBROELE estaba vinculado con el vicepresidente, fue aprovechado por la corporación mediática para defenestrar al primero en la sucesión del ejecutivo, con lo cual se cobraban con creces el daño que éste le había causado con la nacionalización de las AFJP. El golpe fue duro para el kirchnerismo, porque sin duda BOUDOU era el candidato ideal para suceder a CRISTINA FERNÁNDEZ, inteligente, apuesto, joven, con buen discurso y muy difícil de doblegar porque tenía respuestas para todo. Se saca chispas con Aníbal FERNÁNDEZ pero aquél tenía una ventaja y es que carecía de pasado político, con una buena gestión en la ANSES, si bien de niño dicen que militó en la UCD, tenía menos de 20 años cuando esta fracción fue fundada por ALSOGARAY y poco más de 10 cuando se creó la NUEVA FUERZA, que es su antecedente necesario, también BORGES en su juventud fue anarquista y VARGAS LLOSA fue de izquierda.
La Corte Suprema de la Nación, con su presidente Ricardo LORENZETTI a la cabeza, tienen responsabilidad por omisión en el tema. BOUDOU no solo siempre estuvo a derecho sino que intentó en vano acelerar el proceso con el resultado que todos vemos. El procesamiento se produjo en junio de 2014, se apeló ante la Cámara y hasta fines de noviembre no hay resolución. No existen razones para tanta demora y mucho menos por un tema de la gravedad institucional como de la que estamos hablando. La Corte debió apurar el proceso, no interviniendo directamente sino disponiendo medidas para facilitar la tarea en la segunda instancia, como ser el nombramiento de Secretarios ad hoc (para el caso), el cierre de ingresos de nuevas apelaciones que no tengan residencia previa, etc. Nada de eso se hizo, por eso seguimos en esta letanía donde todos hablan sin conocer en profundidad el tema, tirando un manto de sospecha sobre todo el poder político en la Argentina. El tema no le puede ser ajeno a la Corte, hoy vinieron por el Vicepresidente, tal vez mañana vengan por ellos y el precio que tendrán que pagar para no ser atacados corporativamente será muy alto, tan alto que no resistirá la posteridad cercana, tal vez menos de un lustro.
CICCONE era una empresa que le interesaba al Estado Argentino porque era la única que tenía y tiene capacidad para imprimir billetes, que quebrara y pudiera ser cooptada por otros privados era un albur no recomendable en esta actividad. Si bien la AFIP era la principal acreedora, por razones obvias no puede “acordar” en los concursos o quiebras, lo contrario implicaría entrar en un mercantilismo y una puerta abierta para cometer tropelías por los funcionarios de turno. Por eso siguiendo los pasos administrativos debidamente certificados, el entonces Ministro de Economía consultó al organismo recaudador para solucionar el tema de la forma que resultara menos perjudicial. Una quiebra no beneficia a nadie, por eso se buscaron alternativas de salvataje. En su momento la Cámara recomendó al Juez LIJO que siguiera “la ruta del dinero”, o sea ver quién había puesto el capital para fondear la empresa The OLD FUND, presunta compradora del pasivo que, por lo que se sabe, se trata de los empresarios MONETA y BRITO.
Muy pocos procesamientos son revocados, si existen dudas los tribunales optan porque todo se resuelva en el debate oral, pero esta no es una causa común. De todas maneas, sea lo que fuere, el daño ya está causado y si se resuelve por no confirmar la resolución de primera instancia, lo más probable es declarar la falta de mérito, con lo que seguirá la investigación hasta el infinito, o sea todo el tiempo que sea necesario para horadar al poder gobernante en un año de elecciones presidenciales.
GARCILAZO




