
Se produjo el primer debate entre los candidatos a presidente y es escaso el material que dejaron, en serio, para el análisis.
Los especialistas en la materia aducen que los gestos, las miradas y las poses son el motivo de adjetivación por parte de los medios. Entonces se puede decir que Macri ingresó a la cancha, como diría en el barrio, totalmente “duro”. Nervioso, con una sonrisa que nos decía “que hago acá y no en las Barrancas de Verano con Plin Plin Lombardi y la vieja que tocó al pobre”. El concepto duro exhibe otras variantes que abarca la que usted está pensando y esa que proviene en color blanco pureza.
Macri solo mintió. En un país en crisis total, incluso reconocido por la causa amarilla, no se puede exponer datos en todos los rubros y todos positivos.
Nicolás del Caño solo diremos que es el mejor candidato para la presidencia de Ecuador. Gomez Centurión tiene un problema con el reloj y la realidad. Roberto Lavagna tomó el papel del abuelo que te habla desde la experiencia pero te dice “yo ya estoy grande, mañana tengo partido de bochas en la plaza con los muchachos”.
Espert es el tío facho que todos tenemos, que critica la vuelta de Perón y que asusta al mismo Hitler. El calvo poseedor de tres votos nos dejó un mensaje sólido. En su presidencia, no habrá obras sociales, ni sindicalistas, ni peronistas ni choripán. Solo sushi para sus amigos.
Alberto Fernández fue señalado por el prescindente por su dedo acusador. “Volvió la canchereada” dijo el duro Macri. Los valores que siempre menciona el hijo de Franco son al menos raros en su concepto. Le parece un horror el dedo señalador de Alberto pero está bien decirle narco a Kiciloff sin motivo alguno. Además la Vidal agradecida, ya que en vivo y ante millones de personas el presidente reconoció la derrota en la provincia de Buenos Aires.
Fernández respetó los tiempos y los textos. Entró al ring como ganador y se fue de la misma manera. El rol de presidente parecía entrar mejor en la personalidad de Alberto. Macri seguía muy nervioso y muy duro. El efecto no había pasado.
Pero tenemos que entenderlo a Macri y a la causa amarilla. La derrota es un hecho y con ello las miserias de sus principales espadas salen a flote. Una Carrió totalmente desvencijada aclarando que si hubiera sido flaca sería prostituta. También hay que ser honestos con ella y contarle que si hubiera sido prostituta sería de las más pobres. Vale la aclaración que en su profesión actual se prostituyó inútilmente. Antes su límite era Macri, hoy lo abraza camino al precipicio. Pichetto no se queda atrás dinamitando villas y el duro Macri está groggy. Camino al knock-out o al abandono. El Financial Times lo trata de idiota, los principales medios yanquis de corrupto y en la Argentina solo Baby Echecopar y el Feiman malo lo bancan.
La semana que viene es el próximo debate. Las características serán similares, quizás la única diferencia radique en que faltando dos rounds Macri le diga a Durán Barba córtame la ceja, al más puro estilo Rocky” y cuando termine la pelea grite Juliana, Juliana pero en este caso Juliana en el papel de Adrián no estará. A su lado Plin Plin Lombardi consolándolo y ambos repitiendo “no se inunda más, no se inunda más”.




