Adrián Palacios: Por obra y gracia de Macri cerraron 33 mil kioscos en la Argentina.
Por Rodrigo Marcogliese.

Invitado al piso de Comunas, el referente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), denunció el exterminio del que han sido objeto en el gobierno de Macri, los kioscos principalmente de los cascos urbanos de las ciudades argentinas, comercios que hoy son caballitos de batalla por la subsistencia, y propuso: “En el próximo gobierno de Alberto y Cristina vamos a tratar de que sea una política de Estado la carga de la SUBE para el transporte público y también en las provincias”.
El kiosquero es como un termómetro de la sociedad argentina – afirmó el conductor de Comunas y encontró eco en Palacios -, quien amplió:
“Así es, tenemos el termómetro de nuestros vecinos, de la sociedad a nivel nacional. El Kiosco es cultural, es social, – definió Palacios y agregó -, es el contacto con nuestros vecinos, la comunidad, y el dueño del kiosco tiene esa relación permanente con su vecino, sabe a qué hora se levanta, va a trabajar, a qué hora viene, etc. y en épocas de crisis nos pasó en el 2000-2001 cuando De La Rúa, con la caída de las ventas, el cierre de muchos kiosqueros a nivel nacional, como ahora que venimos con 33 mil kioscos cerrados en este gobierno de Mauricio Macri donde no ha pegado una”.
“Por supuesto lo ha hecho a propósito – denunció – contra la clase trabajadora, las Pymes. A los comercios no les ha tirado ningún centro y donde terminamos afectados, el consumo interno se derrumbó y el efecto es que cierran hasta las multinacionales”.
“El termómetro lo tenemos a diario – continuó explicando -, el que hacía changas hoy no la hace y viene a pedir fiado en nuestro kiosco. Es el dueño del kiosco que no le da fiado cigarrillos ni bebidas alcohólicas, le da un paquete de fideos, un paquete de arroz, una lata de tomate y un quesito rayado para que ese vecino al que conoce hace 40 años en el barrio, pueda enfrentar la situación como desocupado o jubilado, porque este gobierno les ha quitado todo. Desde los jubilados hasta los jóvenes ha quitado la comida de la boca”.
Consultado sobre la involución que están sufriendo estos comercios, que en décadas pasadas ofertaban disímiles productos y gozaban de prosperidad económica, Palacios argumentó:
“Estamos en el microcentro donde los alquileres son altos, sábado y domingo no hay oficinas abiertas ni circulación, tenes turistas pero no conocen bien este tipo de comercio y es donde no alcanza el dinero para afrontar los gastos que tienen los kioscos, aparte hay que tener empleados para mantenerlos abiertos 24 horas”.
Las tarjetas SUBE, – remarcó -, fuimos los kiosqueros los que aportamos las bocas de expendio para que los vecinos vengan a cargarla, pero después se sumaron los supermercados y empresas que cobran los servicios públicos con sus sucursales y el Estado empezó a disminuir la rentabilidad de los kiosqueros porque empezó a tercerizar esos productos. Hasta el día de hoy viene a pérdida la carga de SUBE en los kioscos porque es un débito y solo se utiliza para el transporte público. Por eso le pedimos a este gobierno varias soluciones, pero no aceptaron ninguna de nuestras propuestas.
En el próximo gobierno de Alberto y Cristina los reclamos van a ser los mismos y vamos a tratar de que sea una política de Estado la carga de la SUBE para el transporte público y también en las provincias, donde una de las propuestas que hicimos era que el Banco Nación, y los bancos provinciales que son públicos tomen lo que es el crédito de la carga de transporte público y se lo otorguen al dueño del Kiosco como un crédito y después el kiosquero deposite lo que consume y necesite para su comercio.
En su charla por Comunas, el referente de la UKRA continuó defendiendo el rol de los kioscos “para la carga de telefonía móvil, o de SUBE y dando mayor facilidad a los vecinos sin necesidad de trasladarse a estaciones de trenes o de subtes”.
¿Ustedes ven que se deja de comprar productos de primeras marcas para optar por otras líneas?
Sí, en nuestros comercios era impensado en Capital Federal las segundas y terceras marcas que se vendan de alfajores, galletitas, o gaseosas. Con la crisis, eso se fue cambiando – afirmó – y por los mismos vecinos el dueño del kiosco traía las segundas y terceras marcas y obtenía mejor rentabilidad. Hoy son caballitos de batalla donde el kiosquero sobrevive con esas ventas. Pero este gobierno ha destruido también esas marcas, Mielcita o Naranjú empresa que históricamente se vendían a nivel nacional, cerró sus puertas y tuvieron que hacerse cargo los trabajadores, pero estuvieron varios meses sin cobrar y sin vender. Hoy reabrieron las puertas como cooperativa porque la justicia se los dio, y así pasa con otros productos.
En Córdoba – agregó – ARCOR que exporta a toda Latinoamérica y EE.UU., tuvo que dar vacaciones adelantadas a sus trabajadores por tener producción parada que no se vende en el exterior, mucho menos en el interior.
“Estamos ansiosos por las elecciones dentro de diez días – afirmó Palacios -, y vamos a tratar de que nuestro pueblo acompañe a Alberto y a Cristina para que se reactive rápidamente el consumo interno y el trabajo, y podamos seguir viviendo”.
Finalmente el referente de UKRA resaltó al kiosco como un emblema identitario de la Argentina y Latinoamérica. “Estuvimos en Lima Perú en un encuentro de kiosqueros y almaceneros donde había 7 países que tenemos el mismo formato del kiosco y almacén argentino”.