
La APPAMIA (Asociación de Profesionales de Programa de Atención Médica Integral y Afines) atraviesa un momento de lucha ante un posible intento de desfinanciar el sistema previsional como ya ocurrió en los ´90, así lo indicó su secretario general Roberto Souto, en diálogo con Comunas.
¿Cómo está compuesto APPAMIA?
Nuestro gremio es de clase media, tenemos gente que gana bien y otros que deberían vivir mejor de como están. Además no todos tienen una ideología similar, uno debe pensar en lo mejor para el trabajador a la hora de negociar. No tocamos la política partidaria, sino la gremial. Estamos en contra de la precarización del trabajo de los profesionales que prevé el Gobierno.
Desde el nacimiento del gremio hasta la actualidad, el profesional debió atravesar distintos cambios en su modo de trabajar, ¿Cómo se dio este proceso?
En 1972 surgió como el gremio de los médicos de cabecera del Instituto Nacional de Servicios Sociales Para Jubilados y Pensionados (INSSJP)-PAMI. Un gran cambio sufrió la entidad cuando el sistema cambió de rumbo con el modelo gerenciador neoliberal de los 90´, en el cual quisieron sacar a los trabajadores registrados para disminuir costos. Desfinanciaron el sistema previsional, que es lo que están queriendo modificar ahora con una probable reforma laboral. Hoy los trabajadores del PAMI están precarizados.
¿Le cuesta entender al profesional de la salud que lo mejor es estar sindicalizado?
A nivel gremial hubo un cambio abismal con la llegada de la globalización, el médico que siempre se manejó de una manera liberal, comienza a agruparse. El gremio discute condiciones laborales, capacitación, que el médico esté cubierto en su jubilación, unas vacaciones pagas, por ejemplo.
¿Hay algún tipo de regulación diferente para los médicos de otras nacionalidades que incorporó el sistema argentino?
Existe una competencia desleal, porque los profesionales que vienen de otros países trabajan fuera del convenio, con exigencias mínimas. Hablo de guardias, carga horarias, salarios. En el mayor número de casos trabajan acá, se especializan, compran algún equipo adecuado para lo que se perfeccionaron y regresan a su país con un salto de calidad. Son muchas las desventajas para un profesional egresado acá.
Algunos dicen que el nivel era mejor hace unas décadas, sin embargo sigue ganando premios internacionales. Usted dió cátedra en Medicina en la Universidad de Buenos Aires por muchos años. ¿Cómo cree que es su nivel en la actualidad?
El nivel lo pone el alumno, puede exigirle al profesor cómo puede ir por compromiso. Es ese segundo caso el título será una cáscara vacía sin conocimientos.
¿Por qué el PAMI ha sido utilizado tantas veces para dar un salto en política?
Maneja una caja de 200 mil millones de pesos anuales, y con la ventaja de que no está dentro de la Ley de obras sociales. Ese reglamento establece que todas las prestadoras tienen que dar un porcentaje a la Superintendencia de Servicios de Salud. El PAMI tiene 13.600 empleados registrados, de los cuales si hay 2.000 médicos es mucho.
Durante el Gobierno de Macri, ¿Cómo fue su relación con los Directores Ejecutivos?
Le debemos mucho a Carlos Regazzoni. Firmamos un buen convenio para los médicos de cabecera. En cuanto a Sergio Cassinotti puedo decir que sabe mucho, pero defiende la política de tener un régimen de salud que no es el que nosotros tenemos como modelo. Nuestro norte es el sanitarista Ramón Carrillo, hoy estamos en la otra punta.
¿En qué lugar del sindicalismo argentino se sienten más cómodos?
Pertenecemos a la CGT, si bien nos retiramos cuando entró en funciones el triunvirato de la conducción. Somos miembros refundadores de las 62 Organizaciones Peronistas pero nos corrimos cuando se produjo la disputa tras la muerte del Momo (Gerónimo) Venegas. En lo que concierne a nuestra actividad, el PAMI es un ente público no estatal que han intervenido a su antojo distintos Gobiernos casi en la totalidad de los años de su existencia, y nosotros encabezamos la lucha para que el trabajador reciba mejoras acordes a la prestación que brinda.