Cristina está en Cuba ¡y qué! Por Margarita Pécora

Amanecimos con la noticia y su repercusión por las redes sociales. Después de dar el correspondiente aviso al juez “Malodío”, perdón, quise decir Bonadío, la ex presidenta argentina tomó un vuelo rumbo a la isla caribeña para acompañar a su hija Florencia, quien es objeto de estudios médicos por “severos problemas de salud”- consignan las fuentes.
Pero ¿qué hay de malo que Cristina acuda al lugar donde se confabulan sanamente tres factores claves para semejante determinación: la confianza, la pericia médica y el amor puro del pueblo cubano, que lo profesa abiertamente a la valiente mujer a quien ven erigirse frente a la injusticia del “partido judicial argentino”, con similar valentía a la de Fidel después de atacar al Moncada, expresada en aquél histórico alegado de “La historia me absolverá”.
¿Acaso temen que Cristina se refugie en la Isla comunista, que quiera huir a la farsa de la catarata de causas judiciales que han armado en su contra, para desgastarla, buscando que no represente un obstáculo para la reelección de Mauricio Macri en octubre próximo?
Si así fuera, Cristina no hubiera pedido permiso como corresponde al juez Bonadío, es más, se hubiera asilado mucho antes, o hubiera faltado a las innumerables citas judiciales a las que ha sido sometida; pero lo que no conocen sus enemigos es que Cristina no es solo la ex presidenta, la senadora, la abogada, sino la mujer íntegra, de firme formación y convicciones políticas que supo en sus dos mandatos como presidenta de los argentinos, poner al país en el escenario internacional con logros de un modelo de inclusión social y de defensa de la soberanía nacional, que pocos han podido igualar.
Por estos minutos, los opinólogos de los medios adversos al kirchnerismo, destilan toda suerte de conjeturas sobre el viaje de Cristina a Cuba, como es llegar a decir que “fue a buscar un certificado médico para que la exoneren de las causas judiciales en su contra (en particular la de los Cuadernos)”. Nada más absurdo, pero no de extrañar, viniendo de quienes reeditan con esto la inescrupulosidad con que trataron la enfermedad de Néstor y su repentina muerte.
No olvidemos que Cristina ha realizado varios viajes a Cuba, uno de ellos en 2015 durante la etapa final de la vida de Fidel. Su encuentro con el líder histórico de la revolución cubana, fue puesto en duda por medios argentinos y políticos infames , de modo que hubo que publicar como prueba, fotos sensibles para la familia de los Castro donde aparecía Cristina posando junto a Fidel muy desmejorado por la enfermedad; sin embargo el periodismo que responde a Magnetto afirmó que eran fotos truchas.
La perversidad sigue cobrando alas de la pluma de los periodistas vendidos a los pools en manos millonarias que concentran el poder mediático en este país austral. Hablan de grieta, pero son ellos los que la trazan y profundizan, especulando, destilando odio, e intentando manchar el nombre de la familia Kirchner, sin respeto en lo absoluto al sufrimiento, en momentos en que la salud de Florencia, de 29 años, está en juego.
Por suerte, la contracara de tanta crueldad, son las expresiones de cariño, respeto y deseos de salud que manifiestan los argentinos de buena fe en la contundente frase: “Fuerza Cristina”.
Florencia Kirchner fue a la capital cubana en diciembre último, invitada a un festival de cine para la presentación del documental El camino de Santiago. “Desaparición y muerte de Santiago Maldonado”, coguionado por la joven. Llegó descompensada a la isla, y en una consulta médica le indicaron que debía empezar un tratamiento.
Hasta del video de Cristina donde explica detalles de su viaje, está siendo objeto de burdas manipulaciones mediáticas en un país que se despedaza económicamente, avivando odio, mientras sus gobernantes pierden el tiempo concentrando el fuego contra una figura, como Cristina, en lugar de recomponer al país que han descuartizado y que muchos años y esfuerzo de generaciones, costará reparar.
Cristina está en Cuba, sí, y qué, allí le sobran la confianza que desborda un pueblo que la venera, como al Che , como a Fidel y a todos los que el corazón de los cubanos por decisión propia han puesto en un sitial de honor y nadie se los va a hacer bajar. Allí encuentra la pericia de la medicina reconocida a nivel mundial y practicada con amor. ¡Fuerza Cristina!




