Opinión

LAVAGNA CORTA LA POLLERITA

Por Gabriel Princip

Almuerzo un día, reunión otro y cena de probable acuerdo fueron los tres momentos de
encuentro entre el “joven” Roberto “sandalia” Lavagna y Marcelo “te corto la pollerita” Tinelli.
Tema de charla, entre plato y plato, la actualidad política. Mientras estos departían, en otro
lugar de la Capital Luis “nunca trabajé” Barrionuevo se encontraba con Eduardo Duhalde.

En la provincia Atanasoff padre se encontraba con diferentes partidos políticos para cerrar un
frente que Luisito plantea para ayudar a la fórmula Lavagna-Tinelli. Al mismo tiempo 53
gremios también estaban reunidos para acordar sobre la misma causa.

En el otro rincón ideológico Cristina era engañada por los neuquinos, Kiciloff se planteaba ser
candidato a gobernador y Agustín Rossi veía como las encuestas desilusionaban sus
pretensiones presidenciales.

Para ser claros, la unidad tan mentada se puede dar en un municipio, en una provincia pero a
nivel nacional ya forma parte de una utopía. El sistema no quiere a Cristina, Pablo Moyano le
pide una decisión ya, Claudio Bonadió busca la manera de encarcelarla, y el PJ arma su lista
para ser funcional a un Macri que puede ser reelegido a pesar de su disgusto.

El hijo de Franco no quiere ser presidente, Cristina no demuestra querer serlo y en el medio un
sinfín de buscas que rosquean una trenza para dejar atada a una sociedad. Hoy la gente
percibe que el ajuste no tiene fin, que escucha mes a mes como su salario vale menos cada día
al tiempo que la casta política sigue explicando porque la hormiga colorada no tiene vida
privada.

Luis Barrionuevo-Eduardo Duhalde tienen una tarea a realizar y esta es que Cristina se retire.
La embajada paga y paga bien. Por su parte, la Cámpora no entiende cual es el juego y sin
querer termina siendo funcional al dúo dinámico. La gente dividida por la grieta solo apela a
reclamos estériles. Algunos participan de ruidazos sin sentido político, otros en sus casas
siguen prefiriendo el hambre y Macri antes que vuelva el peronismo.

La situación geopolítica actual determina que la Argentina conservará cuatro años más de
ajuste. El sistema pretende alguien que continúe la línea Macri o Macri, no existe la idea de un
cambio nacional y popular. Roberto Lavagna impulsado por Eduardo Duhalde y quizás con la
ayuda de Sergio Massa compite para restar. Los números indican que nunca superará los 17,
quizás 18 puntos y no encuentra la manera de que el kichnerismo lo vote. Quizás la figura de
Marcelo Tinelli cortando polleras en la vicepresidencia lo ayude a colectar el voto joven pero
no es tan fácil. Fuentes calificadas susurran al oído del sistema que esta pareja sirve mas para
restar que para imponerse y en el 2023 llegará un PJ dialoguista para que todo retorne a la
calma que la embajada prefiere. Trump y la doctrina Monroe así lo desean.

La actualidad nos muestra una opinión publicada obediente al sistema. Llama dictador a quien
gana elecciones, demócrata a un interino que grita en una plaza que es presidente y yegua a
quien amplió derechos. Estamos en pleno proceso colonizador y hace falta que la clase media
traicione sus intereses, vote a quien corte polleritas para que el ajuste siga vivito y coleando.

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