Opinión

SIN REPETIR, SIN SOPLAR

Por Kurt Winkels

Quienes superan las cuatro décadas se acordarán de Silvio Soldán en los juegos estudiantiles
domingueros cuando esperaba que los chicos contestaran sin repetir ni soplar las preguntas
que preparaba la producción. Hoy también esperamos algunos que la gente no repita todo
aquello que emana de los medios dominantes.

El grupo Clarín arremete contra Maduro, todos hablamos de que en Venezuela se come
basura, que la inflación, que la grieta. Claro, acá en Argentina nada de esto sucede. Canal 13
habla de las virtudes de Bolsonaro y la opinión publicada comienza a ver con cierto
virtuosismo a Patricia Bullrich, a Olmedo que no es Alberto y a cualquier improvisado sin
contenido alguno.

Hace tiempo destacamos, leyendo los copetes de Clarín, a Sadam Husein hasta que vimos en
tapa como lo ahorcaban. Y así con cada presidente de países en vías de desarrollo. Lo que
nunca explicó el grupo, el origen y las consecuencias de cada noticia o porqué eran buenos
antes y malos después.

Y si comenzamos por entender al imperio?, si comprendemos que es una colonia?, sería una
buena idea. Digo para no caer en la trampa de los nuevos grupos de tareas, es decir, los
medios.

Daniel Estulin en su libro “Fuera de control” dice: ”te has fijado en que allí donde haya un país
con un gobierno independiente que tenga reservas petrolíferas o recursos financieros,
agrícolas o estratégicos que no se hayan sometido aún al control corporativo transnacional
siempre existe una campaña liderada por Estados Unidos para destruirlo?. Irán, Afganistán,
Siria, Palestina, Egipto y Libia llevan padeciéndolo durante décadas, desde el derrocamiento
del presidente socialdemócrata iraní Mossadegh en 1953 hasta la total aniquilación actual del
estado social de Siria. El Líbano era uno de los centros civilizados de Oriente Medio antes de
que Israel le declarara la guerra en 1982, y desde entonces se ha visto dividido por una guerra
civil. El estado social de Iraq, un país destacado de la región por su sistema sanitario universal,
su educación superior gratuita, sus servicios públicos de agua y electricidad, y sus
subvenciones agrícolas y alimentarias locales, se ha visto sometido a una devastación
genocida, así como a una guerra civil impuesta entre 1990 y el presente. Además desde 2011,
Siria se ha visto arrasada por una guerra civil respaldada por países extranjeros. El Iraq de
Sadam se destruyó porque flotaba en un mar de petróleo”.

Más cercano en el tiempo tenemos la caída vertiginosa de Venezuela, Brasil y Argentina. Los
tres tuvieron una coincidencia, gobiernos con modelos proteccionistas que crecieron y
duplicaron su clase media al mismo tiempo que descubrieron más riquezas, o sea petróleo. El
crecimiento de países subdesarrollados no fue perdonado por el imperio. A partir de estos
acontecimientos Dilma salió del poder quien sabe porqué, Lula fue preso sin pruebas, Cristina
es la yegua y Maduro saca comida de la basura para alimentar a su pueblo. Eso sí el petróleo,
el litio, el grafeno ya está en lugar seguro, en los Estados Unidos. Y nosotros repitiendo como
loros todo aquello que los medios emiten.

Nada es casual. El patrón consiste en instigar una acción política, una guerra civil para arrasar a
una sociedad a largo plazo y saquear con total libertad sus recursos. Esto ha pasado en Asia,
Ucrania, hoy en América. Para ello se utilizan instrumentos. Ejemplo en Africa, Asia el estado
islámico de Iraq y Siria (ISIS) es un instrumento al servicio de la estrategia de la guerra civil, y
está financiado y armado por las mismas fuerzas lideradas por Estados Unidos que lanzan
bombas sobre él en Siria e Iraq. La locura personificada. El cinismo repartido en mini dosis para
los ingenuos y los idiotas.

En América no existe el ISIS. Aquí las Ong articulan políticas coloniales que parten de la USAID,
la principal Ong norteamericana que reparte recursos a los partidos de derecha y a los satélites
de izquierda que acusan de corruptos a los movimientos nacionales para llegar al poder y
hacer el trabajo sucio y colonizante.

Lula fue condenado sin pruebas, Maduro más temprano que tarde saldrá del gobierno, Cristina
es la corrupta y Macri un empresario honesto que accedió a la presidencia con 254 causas y
dos procesos. Pero el grupo Clarín más la justicia y el poder legislativo convencen a una masa
idiotizada que repite sin pensar que el malo de la película es aquel que lo hizo crecer.

Argentina es un país raro. La izquierda critica primero al peronismo y se olvida de la derecha.
Los liberales son conservadores. Los radicales son moderados. Los justicialistas son
dialoguistas. Te hablan de paz y te oprimen. Hablan de seguridad y te reprimen, dicen que
somos libres y te esclavizan. La inflación es fácil de bajar y no deja de aumentar. Estamos
mejor que antes pero se nota solo en Suiza. Los diarios solo informan lo que desea el
presidente. Tenemos alimentos para 400 millones de personas y hay hambre. Y todos
repetimos que estamos mejor con más pobreza, más desocupación y más inflación, o sea que
bien estábamos cuando estábamos mal.

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