
El loro nos cae simpático cuando repite algún sujeto y predicado que nos llega desde el
absurdo. Nos reímos porque nos parece fantástico que una verde y pequeña ave parlotee.
Cuando utilizamos a este animal para calificar a una persona no nos parece tan simpático sino
agresivo, pero real.
Hoy mas que nunca el comentario político parece elaborado por un sinnúmero de loros. para
colmo de males son loros que emparentaron con gorilas.
La caída de Maduro en Venezuela parece un hecho. Todos los agentes del gobierno yanqui se
están encargando de ese golpe de estado y para ello como primera medida lo han denominado
dictador. Seis millones de venezolanos lo han votado, sin embargo a Guaidó que no representa
a ninguno de los dos partidos mayoritarios, nadie lo ha votado, se instaló como presidente
encargado en aras de la paz de la libertad. En una palabra, el golpista es el bueno y el
demócrata un tirano.
Claro que esto no termina en Venezuela. Semejante tontería se repite en la Argentina. El
presidente Macri aceptó como embajadora venezolana a una afiliada macrista, sin estudios, sin
militancia, que representa a un presidente sin votos. El absurdo total.
Toda la clase media grita Maduro dictador. Nadie se molestó en estudiar, en investigar o al
menos preguntar porque gritan, solo gritan. Claro que es una clase media sin contenido,
instruida, pero sin grandes estudios que opina de todos los temas y que se informa con medios
que desinforman.
Hoy Venezuela posee un bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos. Por esa razón
el hambre visita sus costas y no es difícil ver gente comiendo de la basura. Obviamente la clase
media se indigna. Eso sí, no lo hace con los argentinos que diariamente se alimentan de los
residuos. Tampoco nunca exigió un bloqueo económico para Pinochet, Videla, Somoza o
Stroessner. Aplaudió cada invasión yanqui, donde se alzó con los recursos. Hussein murió
ahorcado. El tio Sam invadió Irak para instalar la paz y el bienestar. Hoy la pobreza devasta el
país asiático y ya murieron un millón de iraquiés como consecuencia de las 28 mil bombas que
mandó a lanzar Obama. Pobres, muertos pero en libertad y sin petróleo.
Tampoco la clase media sabe que Venezuela es el estado con mayor volumen de petróleo y esa
es la razón por la cúal interviene estados Unidos y Maduro es un dictador. La doctrina Monroe
a pleno de la mano de Donald Trump.
Todos cantan al son de la marcha de barras y estrellas como en cualquiera de las últimas 218 s
imperial.
La historia norteamericana siempre fue a sangre y fuego luego del asalto y gracias a su
industria cinematográfica han perdurado como los buenos cuando son exactamente lo
contrario.
Noam Chosky en “La conquista continúa” escribió “Para Theodore Roosevelt, héroe de George
Bush y de los comentadores liberales que se manifestaron con gran efusión acerca de Bush y
su sentido de una “misión justa” durante la matanza de la Guerra del golfo en 1991, “la guerra
más justa es la que se libra contra bestias salvajes”, estableciendo dominio de “las razas
mundiales dominantes”. La espantosa y cobarde matanza de Sand Creek, Colorado en 1864, se
mejante en su brutalidad a las acciones de los nazis, fue “el acto más justo y beneficioso que
jamás se llevara a cabo en la zona fronteriza”. Este “misionero de nobles sentimientos”, como
lo definen sus contemporáneos ideólogos, no limitó su visión a “los animales de presa” que
estaban siendo barridos de sus guaridas dentro de las “fronteras naturales” de la nación
norteamericana. Entre las filas de los salvajes se incluía a los “dagos”, término despectivo para
las personas de origen hispanohablante, al sur, y a los “bandidos malayos” y “mestizos chinos”
que se resistían a la conquista americana de Filipinas, todos ellos “salvajes, bárbaros, un
pueblo sin civilizar e ignorante, apaches, sioux, bóxers chinos, tal como su resistencia
demostró ampliamente. Winston Churchill opinaba que el gas tóxico era adecuado su
utilización contra “tribus sin civilizar”- curdos y afganos en especial-Observando con
aprobación que la diplomacia británica había evitado que la convención de desarme de 1932
prohibiera el bombardeo de civiles, el estadista Lloyd George, igualmente respetado, comentó
que “ hemos insistido en reservarnos el derecho de bombardear a los negros”, captando de
manera sucinta el asunto esencial. Las metáforas de las “luchas indias” se mantuvieron hasta
las guerras de Indochina en su totalidad. Las convenciones conservan su energía”.
Hoy el turno es de Venezuela. La conquista sigue con Brasil y Argentina está en carpeta.
Seguramente el habitante de clase media no sabrá que Venezuela no inició guerra alguna, que
jamás lanzó una bomba atómica, que carece de bases yanquis y que la alfabetización y las
conquistas sociales llegaron de la mano del chavismo. Tampoco sabrá que Estados Unidos
lanzó 1192 bombas atómicas entre 1945 y 1992. Que puebla el 40 por ciento del planeta con
sus ejércitos, que es la primer potencia en venta de armas y drogas y también la más
endeudada.
Los loros seguirán repitiendo Maduro dictador, Lula ladrón y Cristina yegua, pero nunca se
meterán con los dictadores ni con aquellas mentes superiores como la de Macri, capaz de
destruir un país en menos de tres años.