Con las huellas aún frescas en las urnas, donde el 53,78 % de los votantes dieron el sí a Nayib Bukele para que asuma como nuevo presidente de la República del Salvador, Comunas dialoga en exclusiva con el embajador del país centroamericano en la Argentina, Sr. Francisco Salvador Fonseca, quien sostiene que fue determinante “el voto castigo de la sociedad desilusionada “.
Texto y foto Margarita Pécora
¿Cuál es su evaluación sobre el triunfo electoral del joven Bukele por la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y ex alcalde de la Capital salvadoreña?
Antes de valorar el triunfo electoral, quisiera aclarar un dato relacionado con la pregunta: El ahora presidente electo se inscribió en GANA, minutos antes de que venciera el plazo para la postulación de candidatos a la presidencia, y lo hizo como último recurso, después de que el Tribunal Supremo Electoral le impidiera inscribir a su partido (Nuevas Ideas) y que cancelara a otro instituto político que lo había acogido. Ese dato es importante, porque si algo mejoró su imagen como candidato fue, efectivamente, mostrarse víctima de la supuesta presión del FMLN y ARENA, al TSE para sacarlo de la contienda política. Es más, la propaganda y los discursos de campaña de Bukele omitieron, casi por completo, hacer referencia a GANA. En ese, sentido, al margen de las negociaciones políticas entre el presidente electo y el partido que le sirvió de plataforma para competir, podemos decir que el triunfo no es de GANA, sino de Nuevas Ideas, el movimiento político liderado por un personaje carismático a la cabeza, Nayib Bukele.
Todos los analistas coinciden en afirmar y los políticos del FMLN y ARENA son, más o menos, conscientes de que para el triunfo de Bukele fue determinante el voto castigo de la sociedad desilusionada de los gobiernos de las tres últimas décadas. Tan determinante fue, a mi juicio, que la población no le prestó atención a la probidad de los candidatos (quizás los mejores que han sido postulados por el FMLN y ARENA en las últimas décadas) ni a los planes de gobierno propuestos por los dos grandes partidos tradicionales. Lo que pesó fue el castigo, sobre todo por la corrupción.
¿Transcurrieron en absoluta paz?
Sí, absolutamente. Toda la campaña, de hecho, al margen de los modos y los medios usados por los candidatos, transcurrió en paz y el día de las elecciones todo se desarrolló con fluidez y tranquilidad. Así lo constaron los observadores nacionales y extranjeros. Pienso que las elecciones, independientemente de los resultados, son una muestra de la fortaleza de las instituciones en El Salvador. No cabe duda que las elecciones fueron libres y transparentes.
¿Le sorprendió los resultados?
No, los resultados no me sorprendieron. Sobre lo que tenía serias dudas era sobre la posibilidad que la contienda se definiera en primera vuelta. A ver, no hubo sorpresa porque, aunque las encuestas son un simple indicador y sus resultados no son infalibles, continuamente daban como vencedor a Bukele.
¿A su juicio cuáles son los factores que condicionaron el voto a favor de Bukele, considerando la ola migratoria integrada por miles de salvadoreños que se han sumado a las caravanas tratando de llegar a la frontera con EE.UU. ¿Podrá el nuevo presidente controlar lo que el gobierno anterior no pudo?
Como ya apuntaba, pesó mucho la desilusión de los gobiernos del FMLN y ARENA, particularmente los casos de corrupción ventilados judicialmente: dos ex presidentes de ARENA y uno del FMLN. Pesó la inseguridad que creció durante los 20 años de gobierno de ARENA y no pudo ser erradicada durante las 2 administraciones del FMLN. Pesó el cansancio de la población por el lenguaje de los candidatos y la falta de novedad o atractivo en los planes de gobierno propuestos. Podrá satisfacer las expectativas el presiente electo, no lo sé. Por el bien del pueblo que lo votó, espero que sí. Dos cosas son ciertas, el voto a favor de Bukele fue voto de esperanza contra la desesperanza. En ese sentido, el presidente electo tiene un reto mayor que los gobiernos del FMLN y ARENA.
¿A qué se debe tanto descontento?
Como apuntaba antes, la población se ha cansado de la poca atención a los grandes problemas nacionales, por parte de los gobiernos de ARENA y del FMLN. Después de 30 años de la firma de los Acuerdos de Paz, tenemos instituciones fuertes, pero seguimos siendo un país con gran desigualdad social, un país con pocas oportunidades, con una inseguridad enorme que ha obligado a miles de nuestros compatriotas a emigrar. Pero además, un país con gobernantes corruptos, eso lo resiente la población. El descontento pienso que pudo ser mayor con el FMLN porque en él, la gente había puesto la confianza ante el desencanto con ARENA. La población esperaba mucho del FMLN, pero no perdonó la tolerancia y la complicidad del FMLN con la corrupción.
¿Ejemplo?
El caso más importante es el del ex presidente Funes, que se encuentra con asilo político en Nicaragua.
¿Cree que la rutina y el método arcaico impactaron negativamente en los partidos?
Sin lugar a dudas. Además de los factores sociales y políticos dichos, no cabe duda que fue determinante la forma de hacer campaña. El presidente electo privilegió las redes sociales como medio para hacer política. ARENA y el FMLN hicieron campaña al modo tradicional. De hecho, los partidos tradicionales tendrán que revisar sus formas de hacer política, incluso proporcionando a sus candidatos amplios márgenes de actuación respecto a la visión de sus institutos o mejor, refundándose conforme los modos del electorado de los nuevos tiempos.
¿Considera que hay un auge de la derecha en la Región, viendo los perfiles de los últimos presidentes que han accedido al poder?
Si la pregunta tiene como presupuesto que el presidente electo es de derecha, la respuesta es no.
¿Primará el sentido común para acompañar al nuevo gobierno?
El 1º de junio Bukele deberá asumir oficialmente el cargo de presidente. Hasta entonces tendrá tiempo para armar un nuevo gabinete. Ojalá cumpla con la promesa de campaña de poner al frente del país, como equipo suyo, a la gente más calificada y honesta, independientemente de su proveniencia o preferencias políticas. Lo cierto es que, para armar gabinete y hacer gobernable el país, deberá negociar y ceder, excepto en una cosa, el bien de El Salvador, por el cual el electorado le dio su voto.
¿En los más de dos años que está como embajador en la Argentina, ha podido avanzar la relación comercial bilateral?
Todavía no hemos logrado disminuir la brecha comercial. Sin embargo, se han hecho esfuerzos significativos por lograrlo. Se han hecho intentos, tanto en El Salvador desde a embajada argentina allá, como desde nuestra misión diplomática, para crear puentes en temas comerciales, se han movido empresarios de un lado a otro, hemos traído productos salvadoreños a la Argentina. Recientemente tuvimos una muestra de Café acá y ya hay empresas argentinas importantes que han entablado comunicación directa con nuestros productores. Lo mismo, los argentinos están tratando de introducir masivamente vino en El Salvador.
