En el libro “Fallidos Liberales y relatos nacionales” de Russo- Bustamante se puede leer una frase de Henry Kissinger dicha en 1973. La misma decía lo siguiente: “controla los alimentos y controlarás a la gente, controla el petróleo y controlarás las naciones, controla el dinero y controlarás el mundo”. Esta es la idea central que era y es la base del nuevo orden mundial. En esos momentos Kissinger era secretario de estado de los Estados Unidos y vocal del Club de Bilderberg, hoy a los 94 años es quien maneja la mayor corporación creada por el grupo Rockefeller.
Hoy en la Argentina se está aplicando la frase del político yanqui. Los alimentos los controla la oligarquía que es dueña de los terrenos y del precio de los alimentos. El petróleo, en Argentina, lo controlan pocas familias, Techint es una de ellas y el dinero un grupo de banqueros. Los mercados financieros, bancarios y mediáticos se referencian en las corporaciones externas, y en América Latina es Bilderberg quien controla todo. La oligarquía controla los alimentos pero se subordina a las corporaciones, en síntesis el poder político es nulo y hoy con Macri más que nunca.
Macri sabe del poder que tiene. Porque sabe hasta dónde llega su autoridad está más preocupado en anotar a su hija en un colegio del exterior y conseguir casa para 2019 que en una reelección. El proyecto Cambiemos llegó en el 2015 con una estadía prevista de 12 años, ocho de Macri y cuatro de Vidal. Ya el año pasado el proyecto se había achicado a ocho años. Hoy la idea es llegar al 2019 pero la interna está abierta y es grande.
Mientras Macri entrega el país al FMI para poder llegar a las próximas elecciones. Vidal sabe que su imagen positiva se ha licuado y su sueño en Balcarce 54 se aleja y comenzó a operar contra su jefe.
Larreta y Vidal formaron un tándem para aumentar la cifra del desempleo en la persona de Marcos Peña. Luego del mensaje del prescindente y a pesar del enojo de Elisa Carrió, Peña salvó la ropa.
Vidal se juntó con Larreta nuevamente y se comunicaron con Massa, Duhalde y Urtubey y penetraron a Cambiemos. La secta de la derecha que llegó al gobierno pretende seguir su proyecto pero entregando la cabeza de Mau al pueblo, y en eso trabajan.
Saben que el acuerdo con el FMI que se cerró quedará dinamitado más temprano que tarde. Y ahí la suerte de Dujovne, hoy más devaluado que el dólar, arrastrará la figura del futuro ex presidente de la Nación.
En un rincón y perdiendo protagonismo se halla Cristina Fernández. Cambiemos está en contra de Cristina, el PJ no la quiere a Cristina, el FMI detesta a Cristina, el Mercado odia a Cristina, la clase media no puede ver a Cristina, o sea todos contra la única dirigente que se le planta al poder. Será por eso que solo la quiere el pueblo?.
Claudio Bonadío llamó nuevamente a Cristina. La doctora entregó una nota pero nadie pensó en ellos. La corrupción no mide cuando la moneda yanqui está por las nubes. Por más que Cambiemos quiera justificar su fracaso con el “se robaron todo”, el verso termina cuando la gente va al almacén y no puede comprar alimentos y porque no puede?, porque como dijimos al principio lo controla la oligarquía. Pero la clase media tampoco puede usar el auto porque la nafta está cara y porque no lo puede hacer, fácil porque le controlan el petróleo y la gente toda tiene menos plata y porque pasa esto, porque el gobierno hizo todo lo posible para la población sufrieran el control del dinero como mencionamos al inicio.
En síntesis, la derecha, como es su costumbre, vino por el saqueo, el empobrecimiento y la entrega. Y está cumpliendo, y esto lo sabía Macri. Lo que Mau ignoraba era que también él era uno de los sacrificados por el triunfo del proyecto.
