GEORGINA ORELLANO: ¿Regular los servicios sexuales?
Escandalizada aún, una buena parte de la sociedad- la más conservadora obviamente- asiste al debate no solo por la existencia y reconocimiento de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), sino ahora por el proyecto que impulsan para regular los derechos de las personas que ejercen este oficio, el más antiguo de que se tenga noticias.
Por Gabriel Russo.
Hay gente de clase media que llama asombrada porque dialogamos con ustedes. ..
Claro son los que tienen una posición que más que ampliar derechos, atrasan.
¿Presentaste un proyecto para regular los servicios sexuales?
AMMAR, presentó ayer un proyecto conjuntamente con la legisladora del FpV María Rachid que busca habilitar las casas o departamentos privados de las compañeras que ofrecen servicios sexuales, como un comercio más, amparadas en un marco regulatorio, donde puedan trabajar cooperativa y autónomamente, y de esa forma buscar que no se expongan más a la violencia institucional, a la precarización laboral y persecución policial que sufrimos.
También van a tener que pagar impuestos.
Claro, pensamos que en vez de pagarle a la Policía, qué mejor que pagarle al Estado y que eso se convierta en políticas públicas para todos y todas.
Todo lo que está prohibido en la Argentina y no se quiera regular es claramente porque hay un negocio que no quieren perder. No pasa solo con el trabajo sexual, pasa con el aborto, con la legalización de la marihuana.
En realidad donde hay plata e intereses hay negociados ¿Tiene posibilidades de salir aprobado el proyecto?
En línea con el proyecto que presentamos el año pasado a nivel nacional que busca que el Estado argentino reconozca el trabajo sexual como un trabajo. Ahora lo planteamos desde la violencia institucional donde hoy las compañeras se ven expuestas. Frente a la persecución hay muchas legisladoras que dijeron que lo iban a acompañar.
¿Dónde empieza el servicio sexual y no se mezcla con la Trata de personas?
Cuando hablamos de servicio sexual, es de mujeres y hombres mayores de 18 años que por decisión propia y de forma voluntaria ejercemos el trabajo sexual. Caso contrario es lo que pasa con la Trata de personas donde no hay voluntad para ofrecer servicios sexuales o trabajar clandestinamente o estar encerradas en los campos. Ampliemos un poco y veamos también que es delito de trata en otros ámbitos. Lo diferenciamos por la decisión autónoma, voluntaria y de mayores de edad.
Hoy sucede que cuando se realizan los allanamientos y entran las sicólogas para contener a las posibles víctimas, las compañeras dicen “te agradecemos que se preocupen por nosotras, pero no somos víctimas de Trata, somos trabajadoras sexuales.” Ahí empieza el debate porque las sicólogas van a esos lugares con una postura tomada de que el trabajo sexual no es trabajo, y dicen que es un discurso impuesto por el proxeneta. Tratando de buscar siempre a un tercero.
Muchas compañeras nos dicen que las persiguen y les clausuran los locales. Tenemos compañeras que han decidido trabajar en esos lugares porque el mismo sistema punitivo las empuja a donde hay un tercero que se queda con el dinero, y no autónomamente, porque el Estado está ausente.




