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Opinión

ALIAS FLEQUILLO

Por Atilio Degrossi

El chofer del momento no es un grande de Fórmula 1, ni un colectivero asaltado en el Gran
Buenos Aires: el chofer estrella es un tal Centeno. Los cuadernos que hoy invaden internet no son
los de tapa dura, ni los Rivadavia sino los Gloria. La película en blanco y negro a ver por los
cinéfilos este fin de semana no es Casablanca ni una de los Tres Chiflados, es Alias Flequillo de José
Marrone como protagonista. Usted se preguntará como se une estas tres formulaciones para
poder llegar a la verdad partiendo del ridículo. Bien, expliquemos.

La imagen de los líderes de Cambiemos venía en picada cuando un buen día apareció en los
medios dominantes, menos en Clarín, los aportes truchos de loa ingenua mandataria bonaerense,
María Eugenia Vidal. Tres días coleccionando nombres y apellidos de gente humilde, algún muerto
y otro famoso daban nombre propio a una estafa electoral y lavado de dinero. A la espera de algún
renunciamiento por parte de alguien con dignidad del partido gobernante apareció Bonadío y los
servicios de inteligencia.

En 72 horas unas fotocopias de unos cuadernos Gloria hicieron olvidar los delitos de Vidal para
pasar a opinar sobre la ruta de las coimas k. En imagen apareció un chofer, de apellido Centeno
que juraba que todo funcionario K se llevaba su parte y él novelaba en sus cuadernos Gloria.
Todos los intelectuales y periodistas-“investigadores” del momento opinaron sobre el tema, todos
afirmaban la veracidad del hecho pero los cuadernos no aparecían. Finalmente, el tal Centeno
afirmó que los quemó en la parrilla, y Bonadío le espetó en la cara “no me tomen por boludo”. En
el medio, ex funcionarios k y empresarios, mal detenidos para ponerles miedo y que alguno
confiese y firme una historia que los libere aunque no sea verdad.

Ahora, ver a un chofer que habla como Monzón y escribe como García Márquez es extraño. Pensar
que detalló durante 10 años todo el accionar de Néstor y su gente en el rubro coimas es raro aún
y que entregue fotocopias, que no pueden ser peritadas, y queme los originales es más raro aún.
En síntesis, suena más a una operación de inteligencia para ir por Cristina y, primera en intención
de voto, para que no presente su candidatura que a una investigación periodística.
Pero si hay algo absurdo y ridículo es que cada coimero le cuente con lujo de detalles a su chofer,
que no formaba parte de la supuesta banda, todos los hechos delictivos. Esta historia, que hoy
invade los medios dominantes solo se pudo observar en Alias Flequillo, cuando José Marrone
como Orígenes Buendía suple al líder de la banda más famosa de la Argentina, en los sesenta y en
la ficción, Atilio Degrossi, Alias Flequillo. Y en una escena, inolvidable, el Centeno ficticio, pregunta
a cada miembro de la banda qué robó, cuanto y cúal será su próximo hecho delictivo. Pero en su
parecido con Centeno, Flequillo interroga a sus cómplices sacándole fotos y preguntando con un
grabador de cinta. Esa fue la escena de una película. Para reírse hasta el hartazgo, lo de Centeno
dicen los “periodistas” del sistema que es en serio, parte de la realidad. Lo cierto es que Macri, se
esté descostillando de la risa al observar como la clase media discute y opina sobre cuadernos
Gloria o Rivadavia mientras el país es entregado con nosotros atados de pies y manos.

Una recreación al estilo Marrone

https://www.youtube.com/watch?v=z3qPicdZ3jA

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