El líder de Cambiemos ilustra cada acto de gobierno con un acto, una conferencia o una declaración que certifica un política de dependencia nunca antes vista.
Cuando Macri le dice al INVAP no hay plata, cuando desarma la agencia Telam, cuando no tiene en cuenta ni la cultura ni la educación y cuando su prioridad es ser complaciente con los intereses foráneos nos está diciendo a todos que la patria es del otro.
Todas las mañanas el futuro ex presidente se levanta de sus aposentos, desayuna, saluda a Antonia y parte raudamente de Olivos con una premisa, haz mal sin mirar a quien. El gen que impulsa la maldad se entremezcla con el de la ignorancia y el fanatismo y construye una Argentina ya antes vista, esos años locos de la década infame en el siglo XX o cualquier mandatario conservador y entreguista posterior a Juan Manuel de Rosas.
Pero Macri, que nació en Argentina pero tiene culpa de ello, mueve sus fichas en torno al poder concentrado. Su deseo cotidiano es que el planeta utilice los medios de comunicación para adjetivar en forma positiva su gobierno. Por supuesto que nadie le dijo que cuando el imperio habla bien de un gobernante argentino quiere decir que este está haciendo las cosas mal, por lo menos para su pueblo. Su único desvelo es, el qué dirán en el exterior.
Pero el imperio no tiene tiempo para ocuparse de un presidente de un país ya entregado y sin conflictos raciales ni bélicos. Hoy el planeta se preocupa por las medidas que surgirán en breve en el territorio dominado por el colorado Trump.
Y las mediadas que pronto invadirán las tapas de los medios que marcan agenda son tres: a) reducción de activos por parte de la reserva federal, o sea la destrucción de liquidez, b) reforma tributaria de Trump con lo cual generará mayor escasez de dólares por fuera de los Estados Unidos y c) por último, subas de interés a corto plazo de la reserva federal con lo cual entra en conflicto la economía la economía argentina, lebacs de por medio. Para que se entienda, más pronto que tarde recordaremos a Perón cuando dijo “quien ha visto un dólar”.
Entonces, el patriota de Macri entrega a su pueblo para que el imperio esboce una sonrisa pero el imperio está en otra cosa. Trump sigue preocupado por generar más proteccionismo en el orden interno, que está logrando sacar a adelante a su país con más puestos de trabajos, y cuidar en lo externo, que la tercera guerra mundial no se concrete. Es loco pero no tonto.
En cambio, el presidente argentino no es loco, solo es tonto. Y lo es porque entiende que sumiendo a su pueblo a la pobreza, la indignidad y el hambre los líderes mundiales han de considerarlo en un futuro. Quizás Macri no recuerde Noriega, Hussein o cualquier líder del tercer mundo utilizado por el imperio y con mortal final.
Alguna vez Borges escribió un cuento, publicado en la Historia Universal de la infamia, llamado “El atroz redentor Lazarus Morell”, que palabras más, palabras menos, contaba que en el siglo XIX, Lazarus Morelll y sus hombres recorrían el Missisipi buscando la infelicidad de quienes se hallaban en el camino. Tenía una forma atroz de divertirse. En las fincas, convencían a un esclavo que escapara siguiendo su método. El mismo, detallaba que el pobre hombre debía correr hasta el río, que limitaba con otra finca y huía de su actual amo. Morell prometía que sería vendido al amo vecino pero que el esclavo se liberaba de su actual amo y cobraría un porcentaje de la futura venta.
Se realizaba el hecho, pero el esclavo no cobraba. Nuevamente Morell entraba en escena y le prometía al sumiso esclavo que se repetiría el método pero esta vez sería libre. Otra vez el negro huyó, otra vez se escapó y otra vez fue vendido. Morell cobró, el esclavo no fue libre y ya le adeudaban dos porcentajes. Nuevamente Morell le prometió qu la próxima sería la vencida. Otra vez el esclavo huyó, cambió de amo y tampoco cobró. Y así durante un lustro. Morell acrecentó su patrimonio y el esclavo siempre fue esclavo pero con distintos amos.
Y esta es la promesa del imperio. Hoy el FMI le promete que si baja la inflación Macri cobraría un porcentaje y su pueblo viviría mejor. Si lo consigue, le dirán entregame Vaca Muerta y te llevas tu parte y el pueblo liberado. Y la historia de Lazaro Morell se repetirá.
A diferencia del cuento de Borges que Macri si cobra comisión pero es esclavo de sus conquistas, el pueblo desunido siempre será vencido. La libertad nunca llegará y el imperio como Lazarus Morell seguirá acrecentando su patrimonio.
Quizás como informan, haya menos dólares en el sistema, pero el imperio solo se conforma con acrecentar su patrimonio en riquezas. No tendrá liquidez pero si petróleo y agua. Y nuestro país conducido por el mayor entreguista de la historia se quedará sin riquezas, sin dólares y lo peor sin libertad.
