
El presidente Mauricio Macri, que es Blanco Villegas, anunció el nuevo formato de las fuerzas armadas a su cargo, la seguridad interior.
En un discurso con mucho candor, poco contenido, algo de información y un positivismo entre ingenuo y burlón Macri, que es hijo del proceso, prosigue con la neocolonización del país. La función de las fuerzas armadas es el aspecto externo. Hoy la seguridad interior es una excusa para que más uniformes repriman a los disconformes con un modelo económico de ajuste brutal y entrega absoluta.
Cabe recordar, que la llegada del proceso de reorganización nacional se impuso, vía golpe de estado, en marzo de 1976 con el objetivo de destruir la industria nacional, imponer un modelo económico de libre mercado utilizando como excusa la subversión y con ello completar el plan cóndor de desaparición sistemática de personas ideado por Henry Kissinger.
Hoy sabe Macri que su candidatura al 2019 tiembla. Hoy el poder concentrado entró en un laboratorio para encontrar la fórmula electoral del año que viene. La idea es alguien de Cambiemos pero sin Macri o el PJ dialoguista con un Macro Lavagna, Massa, Urtubey y compañía que aseguren la continuidad del modelo sin tanta grieta. Hoy Macri está tercero en las encuestas y le espera casi un año hasta las elecciones con un ajuste total y un resentimiento popular en alza.
Hoy la pobreza ocupó el territorio nacional. La misma está vigilada por bases norteamericanas, militares liberales, policías represores y políticos entreguistas. La gente en situación de calle sigue aumentando. Solo en tres meses en la Capital Federal subió un 30 por ciento y hay 7000 habitantes durmiendo en las calles de CABA. Los comedores no dan abasto. El hambre y los uniformados se han puesto de acuerdo, cumplir el plan genocida para servir a la patria.La oligarquía sonríe, la familia Blanco Villegas, que son parientes del futuro ex presidente, también festejan. Saben que los pobres, los negros, los marginales y los peronistas sufren en forma cotidiana. Celebrarían si desaparecieran, pero es solo un deseo oligarca.
El proceso de organización militar se extendió por siete años y fue el inicio del antiproyecto. Hoy estamos viviendo en tiempo presente del indicativo la segunda parte de este proceso de desorganización nacional. Otra vez los uniformes se hacen presente para que la patria sea colonia.




