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Opinión

LARRETA – VIDAL

Por Atilio Degrossi

Las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. Ya comenzaron a lanzarse versiones sobre posibles candidatos, fórmulas y demás. Encuestadoras que juran fidelidad a un cliente, se cansan de traicionar su palabra enviando cifras a los dos bandos. El ruido eleccionario se está instalando a pesar del mundial.

La última encuesta señala que en un posible ballotage Macri derrotaría a Cristina Fernández por 7 puntos. Claro que teniendo en cuenta que la ex presidenta tome la decisión de presentarse. También Mauricio, que es Macri, debe definir su futuro. Esta misma encuestadora realizó el mismo trabajo el mes anterior y la diferencia era de 17 puntos a favor del actual presidente.

Pero vayamos por parte. Hoy el macrismo se siente cómodo porque el peronismo está fragmentado a pesar de mencionar a los cuatro vientos y hacia todos los medios que “están sellando la unidad”.

En la provincia de Buenos Aires la idea cristinista es armar un frente que contenga a Unidad Ciudadana, parte de la izquierda, el alfonsinismo y el peronismo que quiera plegarse.

Por su parte, el duhaldismo trabaja con los enojados del macrismo, la democracia cristiana, el peronismo federal, el massismo y como nueva figura el colombiano Francisco De Narváez.

La primera versión que contenía la palabra unidad era el tridente Felipe Solá presidente, Randazzo gobernador y Máximo diputado. Idea que Chiche Duhalde bochó ante la atónita mirada de su marido. Para el matrimonio Duhalde, esta elección se deberá prescindir de La Cámpora, o sea Máximo. Eduardo Duhalde se manifestó, en privado, para realizar una cumbre para una posterior unidad con la ex presidenta, a sabiendas que Chiche pondrá el grito en el cielo.

Ante el desorden peronista el oficialismo se agranda. La primera idea de Mauricio era no presentarse, hasta que una de sus espadas lo convenció. “Si querés cumplir con tu sueño de vivir en una villa romana, contó la fuente, jugá y ganá porque hay un sector del peronismo que si llega a ganar te va a hacer desfilar por Comodoro Py todos los días”.

El laboratorio amarillo tiene un plan B. Si la figura de Macri se cayera la solución para el oficialismo sería la fórmula Horacio Rodríguez Larreta- María Eugenia Vidal. La provincia de Buenos Aires sería trabajada por la actual gobernadora garantizando, por ahora, el triunfo amarillo. En el ejido porteño, de triunfar esta fórmula, el jefe de gobierno sería el colorado Santilli.

En el oficialismo saben que el año que viene, en principio, los nombres se repetirán. Macri, Vidal y Larreta hoy son el tridente ganador. El peronismo fragmentado les está dando el triunfo, pero por si las moscas, Marcos Peña y su festilindo (los chicos pro), Gabriela Michetti, Ritondo y Monzó están construyendo diariamente para que el poder amarillo se retire recién en el 2023, el turno de un justicialismo light que no moleste al sistema y garantice una vejez tranquila para el hijo de Franco.

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