
La mentira es castigada en el hogar y en la religión, pero la política la toma como línea editorial en cada corriente política. Eduardo Duhalde supo decir alguna vez. “no hay mas
mentiroso que político en campaña”.
Todavía nos queda en nuestra memoria, el “Síganme no los voy a defraudar”, o la estafa electoral de Mauricio Macri. Estos conductores de papel fiel alcahuetes de la derecha mundial
no pestañean cuando nos mienten en vivo, en directo y en cadena.
Pero hoy el tema es Siria. Ayer Iraq, anteayer Líbano y así una concatenación de conflictos que ocasionaron millones de muertes basados en la mentira.
Desde el siglo 19 nos quieren hacer creer que Estados Unidos es el bueno de la película y no es así. El imperio responsable de las últimas 218 guerras se cree inocente de toda maldad y
pretende que creamos que el comunismo es feo y malo y que los guerrilleros son engendros del diablo.
Estados Unidos lucha por la paz, la libertad y la democracia. En nombra de la paz lanza bombas atómicas, por la democracia salvaguarda la vida de los dictadores que son afines a su ideas y
en nombre de la libertad encarcela en Guantánamo, territorio cubano.
Escuchamos que los comunistas son malos, que los árabes son peores y para responder a estos conceptos simples nos bajan mensajes basados en la “guerra preventiva”, el totalitarismo o la
guerra global contra el terrorismo. Nos hablan de Osama Bil Laden o Sadam Hussein como dobles del diablo, cuando en épocas anteriores eran sus socios, en fin todo es mentira.
Debemos saber que la guerra global contra el terrorismo es una invención basada en la mentira y en la idea equivocada de que un hombre, Osama Bin Laden, fue más listo que la Cía,
dotados de un presupuesto anual de 40 mil millones de dólares. La “guerra contra el terrorismo” es una guerra de conquista. La globalización es la marcha final hacia el “Nuevo Orden Mundial” dominados por Wall Street, la City de Londres y el complejo militar e industrial estadounidense.
En el libro “Fuera de Control”, de Daniel Estulin se lee:” te has fijado que donde hay un gobierno independiente que tenga reservas petrolíferas o recursos financieros, agrícolas o
estratégicos que no se hayan sometido aún al control corporativo transnacional siempre existe una campaña liderada por Estados Unidos para destruirlo?. “Irán, Iraq, Afganistán, Palestina, Egipto, Libia, Líbano y Siria llevan padeciéndolo durante muchas décadas, desde el derrocamiento del presidente socialdemócrata iraní Mossadegh en 1953, que se lo reemplaza
por el Sha, hasta la total aniquilación actual del Estado Social de Siria. El Líbano era uno de los centros civilizados de Oriente Medio antes de que Israel le declarara la guerra en 1982, y
desde entonces se ha visto dividido por una guerra civil. Recuerdan el término, “libanización”?.
El Estado Social de Iraq, un país destacado de la región por su sistema sanitario universal, su educación superior gratuita, sus servicios públicos de agua y electricidad, y sus subvenciones
agrícolas y alimentarias locales, se ha visto sometido a un genocidio, así como a una guerra civil impuesta entre 1990 y el presente, además desde 2011, Siria se ha visto arrasada por una guerra civil respaldada por países extranjeros”.
El petróleo de todos estos países es la razón primaria, la secundaria sus bancos centrales. Hoy el oro negro se lo reparten las potencias y los bancos tienen un nuevo dueño, la familia Roschild.
La mentira transmitida en cadena nos permite entender que Occidente es más bueno que Lassie atada y todo lo que hace es por nuestro bien. Claro que si alguna vez comenzamos a
pensar, vamos a entender que si lo hace por nuestro bien porque tenemos continentes empobrecidos y el hambre es un actor social que nunca se exilia. Si crecemos al ritmo que dice
Macri porque los jubilados y los trabajadores cada vez ganan menos. Si la derecha tiene razón alguien puede explicar porque la clase media se ha convertido en precarios con múltiples
trabajos que solo sirven para pagar sus cuentas. Alguna vez nos tendremos que dar cuenta que la esclavitud se está consolidando y que los salarios que recibimos vuelven a las
corporaciones en formato de impuestos, tarifas y alimentos. Alguna vez tendremos que reconocer que nos mienten todo el día y a cada minuto y que la mentira es un arma letal.




