
Cuántas veces hemos sido interrumpidos en nuestras charlas por un ferviente soldado de la clase media que nos analiza la vida nacional con frases hechas, sin fundamento y con una afirmación tan vertical como falaz?. El clásico sabelotodo que te increpa diciendo, “la culpa en este país es de los argentinos”, “somos todos traidores”, o “deberíamos ser invadido por ingleses o yanquis”, o “ellos no tienen la culpa de nuestras traiciones”, y así un sinnúmero de zonceras criollas.
Se pasa revista a cualquier zoncera por dos motivos, a) la falta de información, b) la ausencia de formación. Las dos vías terminan en la estación del gorilaje previo paso por la barrera del desconocimiento.
Que la Argentina no se haya convertido en potencia tiene que ver más con la política exterior del imperio que con nuestras miserias. En el siglo 19 pudo más los intereses británicos que la valentía de San Martín, Belgrano y Rosas.
Billiken nos relata un 25 de mayo mentiroso donde no hubo ni revolución ni paraguas. Seis años más tarde se firmó una independencia rara donde Rivadavia se oponía a San Martín y no todos los congresistas de Tucumán votaron a favor de la patria. El tranco fue corto. El control inglés suplió al español y así nos paseamos por la centuria sin el verdadero grito de libertad. Este llegaría en 1947 con la independencia económica. Pero antes, en 1945, Winston Churchill avisó a sus pares “cuidado con la Argentina, puede crecer y arrastrar a toda América Latina”.
Ese mismo año, pero en febrero en la ciudad de Chapultepec- México- , Estados Unidos hizo un llamamiento a “Una Carta Económica de las Américas” que eliminara el nacionalismo económico bajo todas sus formas. Noam Chomsky escribió al respecto: “Esta política entraba en marcado conflicto con la postura latinoamericana, que un funcionario del Departamento de Estado describió como” La Filosofía del Nuevo Nacionalismo que incluye políticas diseñadas para proporcionar una distribución más amplia de la riqueza y para aumentar el nivel de vida de las masas”. Laurence Duggan, asesor político del Departamento de Estado, escribió que “el Nacionalismo económico es el común denominador de las nuevas aspiraciones ser correspondientes a la industrialización. Los latinoamericanos están convencidos de que el primer beneficiario del desarrollo de los recursos de un país debería ser el pueblo de dicho país”.
La postura de EEUU por el contrario, consistía en que los “primeros beneficiarios” deberían ser los inversores de los Estados Unidos, mientras que América Latina ha de cumplir con su función de servicio. Tanto la administración Truman como la Eisenhower opinaban que no debería experimentar un “desarrollo industrial excesivo, que supondría una violación a los intereses norteamericanos.
Entonces, primero España, más tarde Inglaterra, la mitad del siglo veinte Estados Unidos y hoy las corporaciones supranacionales dominando Latinoamérica, Argentina incluida, le quitan razón al soldado de media clase cuando responsabiliza a los argentinos de nuestras desgracias.
Tampoco somos totalmente inocentes. El dominio existe y existió pero los colaboracionistas tienen nombre y apellido. Desde Cornelio Saavedra, pasando por Rivadavia, Lavalle, todos los unitarios, Mitre, Urquiza, Roca, Avellaneda, Sarmiento, demás presidentes conservadores más todo uniformado que golpeó la democracia para llegar al poder tienen mucho que ver con que nuestro país sea subdesarrollado. Menen, Alfonsín y Macri también hicieron los suyo para que el término colonia sea mencionado una y otra vez en estos días.
Hoy el entregador es Mauricio Macri que para colmo de males llena todos los requisitos solicitados en el formulario de tilingo ilustre. Este hombre, afiliado al cipayaje, cree que nuestro país es un simil de la República de Otaria y como todo gorila irresponsable hace uso de la entrega al imperio a través del libre mercado. Desde el conservadurismo nos habla en forma continua del futuro, y lo hace porque no puede mencionar el presente y nos miente con respecto al pasado. Hoy el FMI es bueno, el déficit fiscal es la frase de moda y la justicia es independiente porque apresa sin razón a todo opositor. 28 presos políticos fundamentan esta afirmación. Hoy el superministro es un evasor, un ex noqui y un experto en corridas cambiarias. Hoy tenemos un 30 por ciento de otarios que justifican tarifas impagables, caros impuestos y alimentos por los nubes. Hoy es el pasado y mañana el futuro es negro.
Por eso, señor de clase media usted debe saber que el poder real, encarnado por las corporaciones supranacionales negocian con la derecha y también con la izquierda. Para muestra un botón, el grupo Rockefeller financió la revolución bolchevique del 17, negoció con Hitler y es auspiciante de Greenpeace. Con los movimientos nacionales, con el peronismo o como ellos lo llaman regímenes radicales y nacionalistas, jamás nunca acordó.
En su libro “La conquista continúa”, Noam Chosky dice: “los intereses de EEUU se comprenden en términos globales. La principal amenaza a estos intereses se representa en los documentos de planificación de alto nivel como los “regímenes radicales y nacionalistas” que responden ante las presiones populares para “ una mejora inmediata del bajo nivel de vida de las masas” y del desarrollo de cara a las necesidades domésticas. Estas tendencias entran en conflicto con la exigencia de un “clima político y económico que lleve a la inversión privada”, con una repatriación adecuada de los beneficios y la “protección de nuestras materias primas. Agrega George Kennan, por estos motivos, como reconoció en 1948 el Jefe de Planificación del Departamento de Estado “ deberíamos dejar de hablar de objetivos vagos y…poco realistas tales como los derechos humanos, el aumento de nivel de vida y la democratización”, y centrarnos en “ hablar sobre conceptos directos del poder”, que no estén “obstaculizados por consignas idealistas” sobre el “ altruismo y la beneficencia mundial”, si hemos de mantener la “posición de disparidad” que separa a nuestra enorme riqueza de la pobreza de los demás.
Entonces, por lo mencionado señor militante de clase media, hombre/mujer de muchos adjetivos y escasos sustantivos espero que haya entendido que no siempre tiene razón y que el imperio existe y construye supra maldad para empoderarse sin solución de continuidad. O me equivoco?




