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Opinión

EL PRESCINDENTE

Por Gabriel Princip.

Una de los temas más cuestionados por los medios dominantes a Cristina Fernández era el uso ilimitado de cadenas nacionales. Podíamos estar de acuerdo o no con sus mensajes pero nadie ponía en tela de juicio el contenido de su verba. Mauricio Macri comenzó a explicar en virtual cadena la crisis actual y uno llega a la conclusión de preguntarse si ¿es o se hace?.

Y uno se formula esa pregunta después de obtener diez frases de un discurso vació de contenido, sin autocrítica y absurdo en sus definiciones.

“Lo que pasó es que el mundo ha decidido que la velocidad con la que nos habíamos comprometido a reducir el déficit fiscal no es suficiente, por eso tenemos que acelerar”. En esta primera definición, Mau demuestra que no existe la soberanía política, que ese que juega a la mancha con los aviones te dijo lento y que la alcahuetería es su forma de ser.

El segundo concepto fue: yo he hablado con gobernadores y senadores de diferentes espacios, porque tenemos que sentarnos a hacer un gran acuerdo nacional sobre cómo vamos a equilibrar algo que la Argentina no logra hacer hace más de 70 años”. Una vez que accedió al gobierno Macri le importó nada la oposición menos sus socios radicales que le garantizaron el triunfo. Hoy después de chocar la calesita socializa las pérdidas. Lo que no se entiende porque habla de 70 años. En 1948 la primera presidencia de Perón era país que prestaba plata a Europa. En los 80 existió la multipartidaria y en el gobierno k el acuerdo fue con el pueblo. Entre los 70 años y los 50 años del mejor equipo ahora uno entiende porque Macri siempre dijo que era malo en matemáticas.

La tercer idea es para los chicos cool que te mandan tips a full internet con sonrisas nerviosas y falsas para reunirse en casa y mensajearse uno al lado de otro, o sea el ridículo total. Dijo Macri: nos pusimos metas demasiados optimistas y mucha gente se irritó por eso”. Sin comentarios.

La cuarta idea nos muestra un Macri influido por la sociología. “Creo que como sociedad no podíamos afrontar un ajuste profundo desde el primer día como plantean algunos, tampoco es cierto que estábamos bárbaro y que podíamos seguir con un déficit que nos llevaría a ser Venezuela”. Evidentemente Macri jamás agarró un libro de historia, menos de economía. Con respecto al déficit fiscal, desde 1946 a la actualidad los únicos gobiernos con superávit fueron los de Perón en los 50 y el de Néstor. El resto tuvo déficit, es decir la derecha y su bendito ajuste histórico solo benefició a las corporaciones porque siempre hubo déficit. Además quien le dijo que hacía falta un ajuste y menos liberal?, el FMI.

El quinto pensamiento quizás ensayó una autocrítica cuando dijo: “claramente ese 28 de diciembre tuvimos problemas de coordinación entre el gabinete económico y el Banco Central, ahora trabajando juntos hemos mejorado mucho”. Tan simple como mentiroso.

La sexta idea nos muestra con qué facilidad nos arrodillamos. “no nos tiene que incomodar el Fondo, es una institución seria con la que uno hace buenos a malos acuerdos. Vamos a hacer un buen acuerdo».

El séptimo concepto nos encuentra todavía arrodillados. Dijo Macri: “podemos ir al FMI por qué no tenemos nada que ocultar, acá no tenemos gente que lleva fondos a los conventos. Eso es cierto, este gobierno tiene gente que se aburre de fugar divisas, lavar dinero y maltratar a las mayorías pero llevar plata a una iglesia, jamás.

La octava definición es un chiste más viejo que la puerta. Dijo Macri: el FMI no nos va a condicionar”.

En el noveno puesto y ascendiendo en el campeonato de la estupidez ilimitada la frase presidencial “todos quieren que a los argentinos les vaya bien, quieren ayudarnos”. Ojo no es una joda para videomacht, lo piensa en serio.

El decálogo del prescindente se cierra con una zoncera histórica, liberal y ridícula. “es mentira que todos estos años que no pagamos lo que valía la energía no la pagó nadie. La pagamos todos, tomando deuda”. Y antes que alguien caiga en la zoncera madre de este hijo de la imbecibilidad atroz expliquemos que, si se pagó la energía a través de subsidios, 80 mil millones de dólares para la distribuidora de energía. El subsidio es plata del argentino y de esta manera se abarató el costo para cada habitante pero la empresa nunca perdió plata. El gobierno k no tomó deuda y Mau si, cobrando el 2 por ciento de cada solicitud para él y su equipo.

En síntesis, la crisis no cesó y es obra del gobierno que sigue timbeando el país. Esta última corrida, generada por amigos del gobierno le costó al Banco Central el 15 por ciento de su reserva que proviene de deuda y es cinco veces el presupuesto de salud de este año. Así que cuando vaya al hospital lleve alcohol, curita y un médico porque Macri lo hizo.

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