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Opinión

EL TEG

Por Bret Sinclair

Se acuerdan de la guerra de los seis días?, de Afganistán en los confines de los 70’, luego de
Komehini, Irán, Iraq, Líbano, la primavera árabe y hoy Siria?. Pero que recuerdan?. Guerras,
muertos, conflictos, y un mensaje occidental donde el musulmán es culpable hasta del
descenso de Chacarita. El militante de clase media solo puede recordar imágenes, la bandera
norteamericana, la foto de Kissinger pero no puede explicar las razones de esas guerras y el
porqué siempre se desarrollan en Oriente Medio.

Hace un tiempo, el coronel general Leonid Ivashov del Ministerio de Defensa de la Federación
Rusa, hoy retirado, dijo “la fuerza impulsora que subyace a estas operaciones no son las
provocaciones de Siria o Irán, ni Hezbolá, ni siquiera el propio Israel. Más bien, la pieza clave es
la oligarquía financiera mundial, nosotros le decimos corporaciones, indefinida desde el punto
de vista político, que trabaja desde un modo constante y persistente para cambiar la
organización política, económica y social de la comunidad global, atendiendo sus propios
intereses. Entre los objetivos de esa oligarquía financiera figurarían destruir de una vez por
todas el sistema Estado Nación de Westfalia (luego de la guerra de los 30 años en Europa se
establece la paz de Westfalia en 1648 donde como consecuencia surgen los estados
modernos). Esto se hace para favorecer una dictadura global, preparar el terreno para lanzar
ataques contra Irán y saquear sus recursos, lo cúal está implícito en ese tipo de dictadura, y
redibujar el mapa del gran Oriente Medio”.

Este proceso se extendió a Túnez, Libia, Egipto, Yemen, Bahrein, Argelia, Irán, Iraq, Turquía,
Afganistán, Sudán y Siria. Todo fragmentado. Ante la opinión publicada guerras civiles e
intestinas por el poder religioso con armas químicas dando ocasión a la intervención del
vigilante planetario, Estados Unidos que en nombre de la paz masacra y destruye a más no
poder.
Pero este proceso de fragmentación es una idea de las corporaciones supranacionales para
instalar el nuevo orden mundial o para algunos la oligarquía financiera. Pero todos coinciden
en que el plan es fragmentar, ocupar y conquistar para bien de Estados Unidos, Inglaterra,
Alemania, Francia y las corporaciones. El plan es conjunto y se llama Bernard Lewis en honor al
especialista británico en el islam de la Universidad de Oxford, que colabora con los servicios de
inteligencia de su país más el Mossad.
Para confirmar esta idea, el escritor Daniel Estulin dijo: “ la actual inestabilidad en Oriente
medio y en el subcontinente indio es el reflejo de la siguiente fase de un plan de la inteligencia
británica urdido después de la guerra árabe-israelí de 1973. Consiste en la propagación de
guerras étnicas y religiosas a lo largo y ancho de estas regiones, así como fomentar
movimientos fundamentalistas islámicos. Este fue el plan que guió en gran medida la
desestabilización del Líbano. La guerra del Líbano enfrentó a las comunidades católica,
palestina, musulmana chií, musulmana suní, drusa y griega ortodoxa. La guerra se saldó con la
partición de facto de Líbano por parte de Israel y Siria”.

Al respecto en el libro Fuera de Control” agrega: “esa táctica, promovida por Bernard Lewis,
fue la política que adoptó Estados Unidos frente a la Unión Soviética. El plan de Lewis se
inspira en los métodos imperiales del Imperio Romano, conceder autonomía local a una
miríada de enclaves étnicos enzarzados en disputas y políticamente impotentes sobre los que
Roma podía imponer su fuerza militar sin dificultad. A estos enclaves se les daba flexibilidad
siempre y cuando tributaban a Roma”.

Hoy el olor a muerte se percibe en la caja boba. Los comunicadores, laderos del macrismo y
aliados a las políticas imperiales, siguen entreteniendo al militante de clase media. Ese que
llega de su trabajo, cena con el televisor, se va a dormir y cree que porque trabaja y paga
impuestos tiene razón en todos los temas. Pero el musulmán es acusado de todo mal que se
perciba en la Tierra, pero mientras la hipocresía canalla disfrazada de sistema político nos
miente con las armas químicas, miles de sirios son masacrados. En Iraq fueron más de un
millón y la gente todavía habla de Saddam Huseinn. Seguramente luego de los 100 misiles
lanzados la última semana los muertos serán miles y seguiremos hablando del eje del mal
musulmán o menos mal que existe el Tío Sam para salvaguarda mundial. Ya Asia está
destruida, tal cual el plan de Bernard Lewis se ha llevado a cabo cual gigantesco teg mundial.
La pregunta es cuando es el turno de América Latina?

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