La institución más importante del mundo que promueve el proyecto de despoblación malthusiano es el Club de Roma. Sus miembros son algunos de los ciudadanos más destacados del planeta. El recientemente fallecido David Rockefeller, Mijail Gorbachov, los reyes de España, la reina Beatriz de Holanda, el príncipe Felipe de Bélgica entre otros.
En “El club de los inmortales” obtenemos más información: “ fundado en 1968 por Alexander King y Aurelio Peccei, el Club de Roma consta de los miembros más antiguos de la Nobleza negra veneciana de Europa, descendientes de las familias europeas más ricas y antiguas que controlaron y gobernaron Génova y Venecia en el siglo12. En 1972 publicaron los límites del crecimiento. Este informe decía que los limitados recursos de la Tierra iban a agotarse durante los siguientes 40 años. Por ello, según el informe, para que la humanidad sobreviviera tenía que “adaptar su estilo de vida y ajustar su cantidad”.
Guarda alguna relación lo escrito con la actualidad?, es la pregunta. La respuesta es sí. Hoy el ajuste y la guerra son protagonistas del planeta. Todo Occidente, salvo Escandinavia, se halla gobernado con economías que solo ajustan. Para determinar este formato, se han hecho cargo de la mayoría de los gobiernos empresarios sin el más sentido moral y social de la humanidad pero obedeciendo a rajatabla el espíritu de las corporaciones supranacionales.
Según el Club de Roma, para sobrevivir, la humanidad debe reducir su dependencia de la tecnología, olvidar sus ansias de progreso, innovación y avances tecnológicos e imponer un régimen mundial de “desintegración controlada” de la economía.
Ahora bien, con estos conceptos no hace recorrer el mundo para certificar que estamos en problemas. En nuestro país el progreso es ficticio, los avances tecnológicos forman parte de una película a estrenar y la economía se controla pero se desintegra. La variable de ajuste empobreció a la Argentina de 700 dólares como salario promedio en el 2015 llegamos a la mitad en 2018. La inflación no se redujo, la recesión está de moda, la desocupación y la indigencia son socios de un mismo destino y la clase gobernante trampea entrevistas, actos y elecciones para seguir en el gobierno y cumplir con sus jefes corporativos.
La tasa de suicidios aumentó en los últimos tres años, al igual que la inseguridad y la muerte en calle. Los laboratorios siguen facturando mas gracias a los antidepresivos y el stress cobra vidas sin solución de continuidad.
La Argentina del 2015 con ampliación de derechos y una vida apacible quedó a lo lejos y en el tiempo. Hoy los ceos repiten en cuanto medio dominante se encuentren mensajes de corte moralistas, mintiendo hacia la izquierda y hacia la derecha y cumpliendo con su rol para llegar al objetivo planteado en el 2015 por la corporación Bilderberg, reducir la población.
La relación entre nacimientos y muertes por día en el planeta es de 3 por 1, o sea, nacen 3 y muere 1. La idea corporativa y alocada es que esta ecuación sea 2 a 2.
El poder busca un planeta chico, aquí la idea de la patria chica siempre fue manejada por la derecha pero más que nunca el nuevo orden mundial se está imponiendo. Con mensajes de paz y filosofía barata la gente se empobrece y muere para el deleite del poder real. El 82 por ciento de la riqueza mundial está en manos de un uno por ciento. Con esta idea es difícil creer en un mundo de paz y amor, hoy se está viviendo un genocidio en silencio.
