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Sarmiento y Macri, un solo corazón

Por Gabriel Princip

Finalmente, el gobierno sigue con su plan de ajuste. Esta vez las víctimas fueron aquellos con capacidades diferentes. Más de 70 mil pensiones se cayeron gracias a los servicios del presidente de la Comisión Nacional de pensiones asistenciales, Guillermo Badino, que estableció que muchos inválidos no lo son tanto.

En un comunicado oficial, el funcionario estableció lo siguiente: “Dimos de baja pensiones a personas que no son inválidas totales y permanentes, sino que tienen cierto grado de discapacidad, por ejemplo, una persona con síndrome de Down no es sujeto de derecho de esta pensión. Puede trabajar si lo deseara, quizás le pueda caber la asignación universal por tan hijo”.

Por supuesto que semejante medida convocó a la repulsa social. Igualmente  no causa sorpresa alguna en los habitantes de un país que desde diciembre del 2015  son gobernados por el fascismo,  tan totalitario como ignorante  donde la sensibilidad se exilió del corazón de los integrantes del espacio amarillo.

Pero, ¿Podemos esperar otra cosa de alguien que llega al poder con el solo objetivo de entregarnos? Ya cuando era jefe de gobierno se ofertó en la embajada yanqui como alcahuete en grado sumo. Desde que se sienta en el sillón de Rivadavia que no cesa en causar malestar en las filas de las mayorías.

Para justificar semejante despropósito el gobierno emitió un comunicado donde, palabras más palabras menos, busca la integración al trabajo de  aquellos con discapacidades diferentes, sin pensión alguna y acusó a la sociedad de tenerles pena. En una palabra te reta, te saca la plata y te obliga a conseguir un trabajo que nunca llegará pues no están en las óptimas condiciones que el mercado exige. De más está decir que el empresariado argentino no se jacta de ser solidario precisamente.

La insensibilidad es inversamente proporcional a la pertenencia al espacio amarillo. Las acciones éticas son a la justicia social y esta al movimiento peronista, por ende Cambiemos no tiene un carácter transitivo con todo aquello que abona el bienestar popular. Ni siquiera participa de la propiedad distributiva del afecto pero si su ecuación tiene dos coordenadas: la entrega y la corrupción.

Macri muestra  a cada instante su odio clasista y su carencia de afecto para con las mayorías cuando justifica la desocupación, la pobreza, el proceso, un plan económico desbastador y todo aquello que atente contra las mayorías.

A lo largo de la historia argentina encontramos presidentes con características parecidas a Macri.  Ejemplo de insensibilidad fueron Mitre, Roca, Avellaneda y Sarmiento entre otros.

Comparando a Macri con el maestro sanjuanino hallamos un discurso de este buen hombre compilado por Pérez Amuchástegui en Crónica Histórica Argentina de 1968.

Sarmiento expuso ante el senado lo siguiente: “Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran, porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga, recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer”.

También Sarmiento en su arenga dijo: “La clase decente forma la democracia, ella gobierna y ella legisla. Cuando decimos pueblo entendemos los notables, activos, inteligentes, clase gobernante. Somos gentes decentes. Patricios a cuya clase pertenecemos nosotros, pues no ha de verse en nuestra cámara, ni gauchos, ni negros, ni pobres. Somos la gente decente, es decir, patriota. Las masas populares cuando llegan al poder establecen la igualdad por las patas, el cordón nivelador se pone a la altura de la plebe y ay de las que lo excedan de una línea. El ejercicio de la soberanía popular traería como consecuencia la elevación de un caudillo, que representa en todos sus instintos la mayoría numérica en despecho de la minoría”.

Esto era Sarmiento, además de presidente, de ser estigmatizado como el gran maestro y últimamente señalado por la diputada por Punta del este como un gran organizador de orgías.

El sistema aplaude y pontifica con buena prensa a este tipo de figuras donde Macri se encuentra como pez en el agua. Mas luego, aquellos que trabajaron y lucharon por las mayorías son señalados como delincuentes. Por eso Macri y Sarmiento, un solo corazón… el de piedra.

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