Por David Starskey
En la obra de Arturo Jauretche “barajar y dar de nuevo” se puede leer “un país reclama una política nacional cuyas grandes líneas fueron interrumpidas en 1955 y no es cuestión ya de imitarlas parcialmente, quedándose a mitad de camino, ni siquiera de reproducirlas. Peronismo y anti peronismo son nombres. La realidad son las tendencias nacionales y colonialistas. Hay que entender que lo que está en juego no es peronismo-anti peronismo sino el destino de la Nación y que, debajo de esas palabras, está lo nacional y lo anti nacional. Hay nacionales que no saben serlo por anti peronismo. Y hay peronistas que no saben ser nacionales por anteponer lo partidario. No identifico lo nacional en el peronismo sino a la inversa, el peronismo es nacional pero lo nacional es mucho mas amplio”.
El reclamo desde el pensamiento nacional se actualiza mes a mes, año a año. El proceso de desorganización nacional que lleva adelante un ejecutivo neoliberal debería hacer repensar la posición política de cada habitante de este país.
Con todos los errores, los defectos y todas las críticas que la gestión k pueda tener en su haber ningún integrante del sistema político puede negar que el país en diciembre del 2015 quedó funcionando, es más, si Mauricio Macri contaba con genes nacionales y pragmáticos hubiera comenzado su gestión desde donde terminó Cristina Fernández sin demoler todo lo hecho por la sinrazón de tener olor peronista.
Simple, sencillo, hubiera sido el camino del ejecutivo si admitía que el Ahora 12 era una buena idea, hoy es ahora 18, que eran importantes los precios cuidados que fueron descalificados y bajados y tuvieron que reponerlos. No fue mala la idea de Cristina del aporte cultural, científico y educativo. Menos aún la protección de los que menos tienen, total los que mas tienen están aislados de la pobreza. No era malo el camino. Podía haberse puesto el traje de prócer, si desde el peronismo partía para industrializar su tierra y salir a competir en serio al mundo. Erró el camino, prefirió quedar bien con el odio de su clase, realizar la revolución de la alegría para las clases altas y seguir en la división peronismo- antiperonismo.
La grieta que siempre estuvo y él le dio pantalla por eso sigue viva y en alza. Es factor mas que importante en el desastre organizado del ejecutivo con un objetivo final que es la entrega total a las corporaciones supranacionales. La entrega es la isla del placer de la oligarquía. Un lugar donde el pensamiento nacional está marginado, un ejido donde el argentino medio se ha exiliado, un sitio donde la elite que rodea al presidente se regodea por su poder y su bota en la cabeza del marginal sin saber que esta a bordo del Titanic y a metros del iceberg.
Las minorías disfrutan de este espacio amarillo y colorean su vida observando el sufrimiento de aquellos que denominaban vagos, planeros y garrapalas. Suena perverso pero lógico en su genética. El problema existe en aquellos que simpatizan por estos portadores de lomo virgen y que integran una clase media en vías de desaparecer.
El militante de media clase anti peronista sigue siendo funcional a las capas altas. Prefiere la pobreza que los rodea día a día antes de reconocer las virtudes de los gobiernos peronistas. Grita a los cuatros vientos cuando “vendrá un patriota para salvarnos, alguien que defienda nuestros intereses”. Reclaman algo justo pero se ahogan en el mar de la ignorancia cuando se enteran que el peronismo es lo que piden y lo descalifican, mentira mediante. Siguen prefiriendo la pobreza que otorgan los ojos claros antes que vivir bien pero en compañía del mestizaje.
El gobierno neoliberal realiza su tarea. El pensamiento colonial anida en cada mente componente del gabinete. Parte de la población es funcional a esta idea, algunos comparten la visión de país del ejecutivo aunque la mayoría de estos librepensadores se asocian el odio anti peronista perdiendo la brújula de su destino.
Incapaces de entender que el plan económico propuesto por el actual gobierno lleva a un fracaso ya conocido. No entienden que el éxito de las capas bajas inyecta resultados favorables a las capas medias y que la teoría del derrame es solo ficción para entretener a la población mediante una esperanza que jamás se hará realidad.
La unidad de los argentinos suena mas a deseo de Mis Argentina que a una realidad, pero al menos cada habitante de este país ubicado al sur de Bolivia debería hacer el intento de democratizar su pensamiento y pensar en nacional. Un solo objetivo debe trabajar en su andar, en su pensar y aunar, y este es imposibilitar la entrega de su territorio. El peronista entiende lo que pasa y esta dispuesto a la lucha falta que el anti peronista ceda en su opinión funcional a la oligarquía y entienda que su enemigo no es el peronismo sino aquellos que los hacen sufrir, aquellos que le quitan el futuro a sus hijos, aquellos que mataron para ser ricos, aquellos que robaron para tener hectáreas y hectáreas de campos y subir el precio de los alimentos, aquellos que componen la mas pura y rancia oligarquía.