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Las vaquitas son ajenas

Por Gabriel Russo

El publicitado mini Davos se hizo presente en Buenos Aires. Los CEOS visitaron la Argentina para ver si hacen o no negocios para seguir prosperando en la vida en base a la pobreza nacional. El presidente Macri fue anfitrión, recibió  a los 1600 empresarios instó a todos a invertir en este país.

Macri entregó a cada inversor los siguientes datos sobre nuestro país. A) Primero en desarrollo humano en la región, b) Tercer economía en la región con un PBI de 500 mil millones de dólares, c) Segundo PBI más alto en la región en términos de poder adquisitivo, con 22.600 dólares per cápita, d) Cuarto país en población e) Octavo país más grande con 53 por ciento de tierra cultivable f) 8 yacimientos prolíficos de gas y petróleo. Condiciones optimas para la producción de energías renovables (eólica, solar) g) Reservas de metales y minerales sin explotar  h) Primero en educación en América latina e i) Segundo en conectividad en internet con 65 por ciento. En una palabra, tenían razón estábamos como Venezuela, a no ser que el super Macri haya diseñado este país en 9 meses después de 12 años de vagancia.

Macri habló con tantos adjetivos  a nuestro país que Cristina Fernández agradeció las palabras del presidente en un acto efectuado en ATE diciendo: “Entonces Macri les miente a los de adentro o les miente a los de afuera, creo que a los de adentro”.

Pero como la historia es cíclica, las palabras de Macri ya se escucharon antes. Fundamentalmente en la década infame y por esos años 30´ los pensadores nacionales supieron responder al poder de antaño. Raúl Scalabrini Ortiz dijo: “Otra vez el capital extranjero presentado como el mágico curalotodo. El verdadero capital que necesitamos es la movilización de la iniciativa y el trabajo argentino”.

Casi una centuria de esas palabras y tenemos que decir lo mismo. Nadie de afuera viene a tu país a solucionarte tus problemas. Ningún empresario hace beneficencia, sino negocios. Porque en esta ocasión cambiaran su naturaleza. El gobierno de Macri está poniendo en condiciones el país para que las corporaciones hagan sus negocios y para eso tiene que aumentar la desocupación con eso baja el salario, aumenta la pobreza y la reforma laboral rumbo a un país pre peronista se hace sola.

Refiriéndose a la oligarquía y a sus aliados Arturo Jauretche en su obra Política y Economía escribió: “A ellos les interesa la pobreza, la decadencia y la miseria del país porque les interesa el bajo costo de producción exclusivamente, para poder seguir la carrera de los  bajos precios que imponen desde afuera. Ellos se oponen a que se subvencione el costo de vida o el desarrollo industrial. Ellos entregaron al país en la década infame y la entregaron otrora. La prosperidad de los argentinos cambia  la base de sus negocios y por eso se oponen al progreso y a la grandeza. ¿Las vacas?, la madre son capaces de entregar”.

El pensamiento de Scalabrini Ortiz fue anterior al peronismo y pintaba una Argentina parecida a la actual. Con una escenografía ideal para la oligarquía se prepara un capitán que luego será presidente tres veces, Perón.

El peronismo surge como respuesta a la crisis de representatividad generada por su dirigencia conservadora que nunca alcanzó a comprender cabalmente que, con el crack bursátil de octubre de 1929, la vieja republica de cuño agroexportador no podía seguir existiendo. La restauración iniciada mediante el golpe de estado del 6 de setiembre de 1930 constituyó el fracasado intento de mantener a la Argentina dentro de los márgenes de una economía primaria con centro financiero en los mercados ingleses.

En “La comunidad organizada” de Juan Perón dice: “El mundo había cambiado y la clase política criolla intentó paliar las deficiencias del sistema productivo a partir de la sustitución de importaciones de aquellos productos manufactureros de escasa elaboración que podían ser fabricados en el país. El conservadurismo criollo obró con una doble lógica, ya que por una lado supo que la industrialización periférica y dependiente era un paso necesario para mantener en orden las cuentas públicas, ya que permitía bajar los gastos de importación, por el otro no se propuso comenzar con  la renovación tecnológica por seguir atados a Londres”.

Este rapto histórico se repite en la Argentina de hoy. A pesar de la revolución cibernética y el supuesto progreso en la calidad de vida, la economía que estamos presenciando ya el mundo fue testigo en la década infame. Los derechos propiciados por el peronismo en la década del 40 y en los últimos doce años de apoco comenzarán a caer con un sindicalismo aburguesado y empresario como observador presencial.

El agente Macri prepara el terreno para que las multinacionales engorden sus billeteras a costa del trabajo criollo. Es probable que algunas inversiones lleguen, pero bajo ningún punto de vista aumentarán el consumo. De hecho por más que lluevan empresas estas tendrán las ventajas que otorgan una reforma laboral de hecho. En una palabra el pre peronismo es lo que se viene.

Quizás el militante de la clase media aprenda de una vez por todas. Así exista un derrame de clases altas el consumo no llegará. Las épocas que el argentino promedio accedió al consumo total fueron épocas peronistas donde el trabajador aumentó su renta y este mediante el consumo empujó a la clase media para que se acoplará en la mejor calidad de vida. Nunca en la historia argentina cuando las clases altas estuvieron bien, el 90 por ciento de la vida argentina, la clase media progresó en su totalidad, esta lo hizo cuando las capas bajas empujaron.

Lo que viene es la década infame segunda parte, la historia continua. No son buenas noticas para nuestros hijos pero existe una esperanza y esta es que a partir de la próxima elección el peronismo vaya unido con una propuesta para las mayorías y esta triunfe. Quizás podamos evitar que la Argentina se convierta en la quinta de descanso del poder real, y nosotros sus sirvientes. Hoy las penas son nuestras, las vaquitas son ajenas.

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