Por Simón Radowitsky.
En el Bar Causa nacional se desarrolla otra noche de encuentros entre las figuras del pensamiento nacional y aquellos que trascendieron la historia. El Comando Celestial con sus estrellas de fondo es la escenografía de esta reunión.
En el fondo del Bar, contra una ventana y saboreando un puro se halla el Che conversando con Cooke y Hernández Arregui. A la izquierda de esa mesa, Evita discute con Discepolin. Scalabrini Ortiz escucha la conversación de la mesa central entre el General y Don Arturo.
-General, ¡Qué mal la están pasando nuestros paisanos! Algo hay que hacer.
-Vasco, que querés hacer, este muchacho tiene todo el poder y en vez de ponerlo al servicio del pueblo, lo usa para someterlo.
-Y si, es un tilingo. Yo sabía que era un cipayo con pocas luces y mucho filo, pero nunca me imaginé tan tilingo merecedor de gobernar la chantocracia por los siglos de los siglos. Repito ¿No vamos a hacer nada?
-¿Y qué querés hacer? A este pibe le das una calesita y la choca.
-¿Entonces?
-Yo bajo, le explico que la economía debe estar al servicio del hombre, que la democracia sino sirve a los intereses del pueblo no es democracia o que entienda que se debe tener independencia económica, soberanía política y justicia social y seguro que me contesta con el Pokemon Go o que quiere ir con Antonia y la turca a ver una peli o alguna gilada que siempre dice y me tengo que matar. Raro, si estoy muerto, ¿No?
-Es que al igual que todo su gabinete, él no entiende que hay una superestructura que rodea al Estado y lo somete a sus fines, constituida por la finanza. El vigilante no está puesto para cuidar la libertad de los argentinos sino para impedir que la libertad de los argentinos lastime los intereses de la finanza. Pues bien, tenemos que crear las instituciones de la causa en que la función del vigilante sea meter a la finanza en vereda para que no lastime la libertad del pueblo. De otra manera las mejores intenciones se verán quebrantadas, o serán dejados de lado los bien intencionados.
-Vea vasco, la única verdad es la realidad, esta nos indica que el tilingo presidente tiró su capital político por no saber manejar el tema de la energía pero principalmente por no saber que la prioridad es el bienestar de sus paisanos, no la caja fuerte de un hombre cuyo apellido me recuerda a una máquina de coser.
-El problema del país no es para pedicuros sino para cirujanos. Pero para crear las condiciones posibles para extirpar el tumor, creemos que la tarea inmediata es barajar y dar de nuevo.
-Jauretche, el problema de estos muchachos es que no tienen el gen político, son empresarios y para ellos la política es mala, no sirve, están llena de vagos. Bueno, no es así y ahora se enteran. Tenes nueve meses de gobierno y tiran piedras donde te presentes.
-Entonces, ¿Cómo podemos ayudar?
-Tirando ideas, esa de barajar y dar de nuevo es posible y hasta podes progresar en este rubro. Y si, si este cipayo cambia su idea por el pensamiento nacional, la cosa cambia y a favor.
-¿Y cómo es?
-Fácil, planteando y trabajando sobre idea de que lo bueno y lo mejor para tu vida es apoyar todo lo que tenga que ver con vos. Tu barrio, tu escuela, tus vecinos, tus amigos, tu familia y así la historia cambia. Lo tuyo tenes que protegerlo y no optar por cualquier cosa que nos lleve a admirar lo foráneo. No hay como lo nuestro.
-Compañero, creo que acá pasaba Garay
-¿Entonces?
-Si saca este plan y pone uno productivo el resto estará a bajo precio y el resto en cómodas cuotas.
-Y sí, pero no le interesa. Solo quieren arrodillar al país y no cesar en su ambición. Nuestros paisanos votaron mal, están mal y les ira peor si el gobierno continua con esta tónica. En síntesis, votaron mal porque estaban bien, solo hay que esperar que nos vaya peor así en las próximas elecciones todos votamos igual. Siempre termino diciendo lo mismo con este chantócrata, he visto gente mala transformarse en buena, pero nunca vi a un bruto convertirse en inteligente.