Por Simón Radowitsky
“Hay equipo”, declaran a coro el 100 por ciento de dirigentes amarillos, “tenemos el mejor equipo de los últimos 50 años”, afirma sin ponerse colorado el presidente Macri. El gobierno de derecha gobernante es experto en la creación de frases cortas, concretas y contundentes pero vacio de todo contenido.
¿Hay equipo cuando se mete en la AFA? La destroza, la desprestigia, Messi renuncia y la comisión normalizadora recorre el planeta para elegir finalmente a Edgardo Bauza. Hay equipo, ¿Pero para qué? ¿Para la nada misma?
Según Macri es el mejor equipo en los últimos 50 años, y si hay un buen equipo, ¿Por qué no hablan con Aranguren y lo convencen para que no prenda fuego el país?
Si hay equipo, ¿Por qué no convencen a su gran capitana Elisa Carrió y le explican que no sirve perseguir, detener, enjuiciar a la oposición? A mayor persecución, mayor crecimiento político opositor.
Estaría bueno que haya equipo pero en serio, así cuando uno se equivoca, alguien lo corrige. Pero, ¿Dónde está el equipo cuando gracias al plan de Prat Gay se desboca la inflación y la recesión? Desaparece el equipo cuando la gente debe comprar con un aumento del 97 por ciento el aceite, 87 por ciento la acelga, 78 por ciento los tomates, 52 por ciento la paleta, 41 por ciento los huevos, 40 por ciento la manzana, 80 por ciento la polenta, 49 por ciento el detergente y 63 por ciento el café. ¿Hay equipo?, y si hay ¿Dónde están? ¿Por qué permiten tantas fallas en todas sus líneas?
Si hay equipo, ¿Cómo es posible que no se piense en las industrias, comercios, pymes que van cerrando gracias a un modelo excluyente y cómo es posible que la burguesía industrial sea tan ineficiente? En su momento, Arturo Jauretche decía: “Cómo es posible que esta burguesía industrial argentina sea tan timorata, no entienden nada de política nacional, si han tenido todo lo que han querido, tipo de cambio preferencial, mercado interno, créditos blandos, todas las máximas posibilidades que un estado dentro de un sistema capitalista les puede ofrecer”. Jauretche se pregunta cómo estos tipos, en lugar de asumirse como clase modernizadora, terminen las reuniones de las empresas contando un chiste verde sobre la vida sexual de Evita. No puede entender que pacten con una oligarquía que los desprecia como clase, mientras ellos a su vez desprecian a la clase obrera, el pilar del movimiento, y que asuman los valores culturales de la clase dominante.
Esta declaración no es de ayer, sin embargo parece. ¿A qué llaman equipo? Quizás llamen equipo a un grupo de dirigentes que se reúnen a tomar café y aprenden discursos vacios que emiten por los medios dominantes a una mayoría que no le cree.
Escuchamos a diputados decir: “Hay equipo”, pero pasan papelones cuando se profundiza algún reportaje mostrando escasa idoneidad y cero conocimiento. Este conjunto de hombres creídos que forman un equipo son solo un grupo de voces que observan como un pueblo todo se decepciona, se desilusiona y da crédito a ese militante peronista y tanguero que escribió: “Cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol, cuando rajes los tamangos, buscando ese mango, que te haga morfar….
Ese pueblo está sufriendo, esta hambreado, desesperanzado y se enoja en grado sumo cuando los chantócratas abusan de su suerte y hacen alharaca de frases vacías. En síntesis, hay equipo pero en el túnel y sin saber si sale o no a la cancha porque la popular lo está esperando con una batería de insultos porque el infierno del descenso es un hecho.