El presidente de la Nación realizó una entrevista en vivo vía Facebook para el sitio BuzzFeed dejando entre tantas frases que dejan en claro la poca y conocida empatía que tiene con respecto no sólo a la sensibilidad social sino a lo que él mismo calificó como “el curro de los derechos humanos.”
Por Soledad Sganga. Politóloga. UBA
Muchas personas en la actualidad después de 40 años sigue sosteniendo y apoyando lo sucedido en nuestro país durante la última dictadura cívico- eclesiástica y militar. Se está intentando reinstalar la teoría de los dos demonios, llamándolo guerra sucia y desconociendo absolutamente que el terrorismo de Estado no tiene comparación con ningún otro delito.
Tanto en democracia y más aún en dictaduras, el poder de policía lo tiene el Estado. Un Estado compuesto por tres poderes que concentran absolutamente todo el poder.
«No tengo idea si fueron 30 mil desaparecidos, es un debate en el que no voy a entrar, si son lo que están anotados en un muro o son muchos más; me parece una discusión que no tiene sentido».
En una sola frase, con costosa modulación y dificultosa pronunciación dejó establecido cuál es su función y su idea al respecto.
¿Se podía esperar otra cosa? NO. No obstante, la frase ofende, provoca y lastima.
Es un debate en el cuál SI tiene que entrar, porque nuestro país fue ejemplo en el mundo por la condena a los genocidas que asesinaron y desaparecieron a 30.000 compañeros. Ejemplo en el mundo debido a que es en nuestro país donde se están juzgando los crímenes del franquismo por la negativa de España a hacerlo.
No existen como dijo derechos humanos del siglo pasado o del siglo XXI. Los derechos humanos sean desapariciones, asesinatos, pobreza, indigencia, no cambian la situación por más que el siglo cambie.
Y la muestra de que no cambian con los siglos, más allá de la desafortunada frase está en las amenazas constantes a distintos espacios de la memoria, las amenazas a Hebe en su estadía en Mar del Plata, hechos que evidentemente no requieren la rapidez de acción por parte del Ministerio Amigo de Seguridad que sí requirió al encarcelar a dos twiteros por “amenazar” al presidente.
Es lamentable, que después de tanto esfuerzo y tanta lucha, se intente reinstalar la idea que esa época fue una época de guerra sucia, como si hubiera alguna guerra limpia. La idea de los dos demonios.
Esta semana estuvo en nuestro país el Secretario General de la ONU Ban Ki Moon. Como en aquellos tiempos cuando vino la CIDH. El Secretario elogió la política de DD.HH. con la esperanza que ese elogio se refiera a la que se llevó a cabo en los últimos años y no en la actualidad donde los juicios están frenados y los genocidas con prisiones domiciliarias.
El número SI importa. Los muros SI importan. Porque detrás de los números hay una eterna ausencia, existe una eterna búsqueda no ya por los hijos sino por los nietos robados gracias al probado, judicialmente, del Plan Sistemático de robo de bebés. Nos faltan los compañeros, nos faltan más de 400 nietos. Los muros no son simples muros. Los muros son las tumbas de la parte de la historia que nos quitaron a todos. Son tumbas vacías que te presionan el pecho en cada pasillo.
La discusión no tiene sentido para él obviamente. Si la tuviera que dar no quedaría bien parado. Fue una de las familias que más se enriquecieron durante esa época. Empresariado cómplice que amazo su fortuna gracias a la sangre de muchos argentinos. Argentinos que buscaban justicia social, achicar brechas, que luchaban con pasión por un ideal y con unas convicciones que él nunca va a entender.
La discusión SI tiene sentido, más allá del número y trasciende muros. Mayor violencia que la violencia ejercida por el Estado no existe.
Podrán haber homicidios, robos, entradoras, fugas de película presentadas como un alto grado de inseguridad.
Pero para combatir esa inseguridad está el Estado y todas sus herramientas para enfrentarla. La cosa cambia cuando es el mismo Estado el que es la mano visible de la violencia, no sólo por éstas declaraciones sino también por la ausencia de políticas públicas que empujan a la gente a la exclusión estigmatización y persecución.
Todos los nombres de aquellos que están en esos muros, los nombres que no están, las madres, las abuelas, los hijos y los nietos, ya son parte de nuestra historia, parte de nuestras vidas, un pedazo de historia que falta y duele.
El nombre de éste Estado pasará a la historia como uno de los Estados más perversos y violentos desde la vuelta de la democracia.
«Nunca serás remera, ni bandera, ni esperanza. Serás frontera. Serás mordaza. Serás moretones. Corridas. El muro, nunca atajo. Nunca serás canciones.
Soledad Sganga. Politóloga. UBA