Por Kurt Winkels
En 1956 en plena revolución fusiladora, el nombre de Perón estaba prohibido. El que te dije, que el te jedi, el tirano prófugo, el dictador eran los sinónimos adecuados para mencionar a quien había otorgado derechos y bienestar al pueblo trabajador.
Ese gobierno duró tres años. La inflación, la recesión y la persecución ideológica, fusilamientos incluidos, fueron la síntesis de un gobierno que más de uno pensó que no se repetiría.
En 1976 el proceso de reorganización nacional intento copiar a esta revolución. Hubo más sangre, más dolor, más muertos, más inflación y una deuda eterna. Más de uno pensó en 1983 esto no se repite nunca más.
En 1989 se repitió el modelo económico del 55´ y del 76´ pero Carlos Menem se acordó que era peronista y no persiguió a nadie. En el 99´ un plan similar intentó gobernar pero la gente se lo llevó puesto en el 2001.
Hoy gobierna un partido pro mercado, el plan A de la embajada yanqui que en lugar de continuar a la gestión anterior retrocedió al 55´, ni siquiera a la década del 90´.
Hoy los medios saben interpretar al gobierno realizando un apagón informativo. La justicia más ciega que nunca apoya al poder y este le paga en primera clase. Los sindicatos logran con esfuerzo aumentos que llegan a la mitad de la inflación, celebran la rendición y festejan alianzas con el gobierno entre gallos y medianoches. La iglesia no se encolumna con un Papa argentino y este es el único recoveco que tiene el argentino para un grito de libertad.
El país hoy es raro. Un jubilado con un cartel en contra de Macri es invitado a bajarse del tren gracias a la intervención de las fuerzas de seguridad, la misma que deja escapar violadores, que siempre llega tarde donde no pasa nada y que pasa la gorra en el GBA, la misma que ve una madre amamantando a su crio en una plaza y la quieren detener. País raro donde el PAMI cobra remedios, el fútbol para todos será para algunos y las divas de la TV apoyan tarifazos. Un extraño país donde el ministro de cultura porteño renunciante no terminó la secundaria, la vicepresidente es protagonista de raros hechos policiales y un ministro de hacienda cobra por comisión de deuda, 700 millones de verdes. País raro donde Stolbizer combate la corrupción K y se olvida de la oficialista. La misma blonda y obesa que acusaba de narco a Massa hoy se pasea con él.
También el país es generoso, y tanto lo es que te aumenta los servicios 1000 por ciento, y los jubilados 15%. Te cuentan que la hija de Cristina escondió su fortuna en un banco y en una declaración jurada, en cambio el presidente esconde sus morlacos en el exterior y sin pagar impuestos. País generoso donde el partido nazi acuerda con el pro y la dictadora es Cristina. País raro, país generoso o lo queda de un país que supo ser nación y hoy camina a ser factoria.