Por Kurt Winkels
Los escraches públicos o a través de redes sociales a ex funcionarios parece constituirse en una moda. Es cool decir: “Devolvé la que te llevaste, ladrones, chorros” y demás adjetivos que nuestro único Dios, la televisión, emite y hace que repitan sin ton ni son aquellos media clase expertos en la psiquis de la nada y estudiantes de cuarto año de introducción al twitter y la sociología del Instagram.
Si tuvieran algún contenido o alguna idea de historia nacional su comportamiento sería otro. Todos aquellos líderes populares siempre fueron vituperados cuando cesaban en sus cargos y solo reconocidos en el exilio o en el más allá.
Hipólito Yrigoyen, líder radical, fue destituido el 6 de setiembre de 1930 en lo que sería el primer golpe militar. La revista norteamericana Fortune de marzo de 1931 relató al respecto “La ultima revolución derrocó a Yrigoyen, un cruzado fanático contra todo lo yanqui, incluyendo las compañías de petróleo. Fue alguien que hizo intervenir al gobierno en la venta de nafta y quien, al rebajar los precios y manipular las ventas, capturó el 22 por ciento de todas las ventas. Su derrocamiento fortalece la posición de la Standard Oil en la Argentina”.
De más está decir que el proceso político que culminó con Uriburu en el poder comenzó con el desgaste de la prensa hacia la figura presidencial y culminó con la entrega total a capitales británicos.
Raúl Scalabrini Ortiz en su libro “Política británica en el Rio de la Plata” dijo: “Yrigoyen fue derrocado por una revolución. Todos supimos que esa revolución fue animada por los intereses de la Standard Oil”.
El líder radical terminó preso en Martin García por dos años, acusado de malversar 158 millones de pesos. “Pueden insultarme como quieran pero el país sabe que soy honrado, patriota y que no me he enriquecido con el gobierno. Durante mis dos presidencias nada he comprado, nunca hice negocios de ninguna clase y mi desinterés es bien conocido”, declaraba Yrigoyen al diario La Nación.
Otro líder indiscutido fue Perón. Nos cansamos de detallar como fue el golpe que lo alejó de la gente en 1955. Sabemos que la iglesia católica, el campo, la industria y los militares aprovecharon una crisis económica para dar por tierra con un gobierno nacional y popular. Lo que pocas veces se dijo era que el sistema no podía entender ni le gustaba que el 50 por ciento del PBI tenían como finalidad a los trabajadores.
Ni bien Perón fue depuesto, se transformó para los medios en el Tirano prófugo. El decreto 4161 tuvo su época de gloria y el líder fue acusado desde corrupto hasta violador. Cincuenta causas se le armaron sin ninguna justificación, tal es así que el presidente Lanusse las desactivo. También los medios ayudaron para el desgaste previo al golpe y fueron protagonistas para que todo lo que oliera a peronista se transformara en corrupto.
La justicia, aliada del gobierno, llego a acusar a Perón de haberse olvidado 20 millones de dólares en un pequeño cajoncito de un escritorio. Perón demostró que esa cifra cabría en una habitación de 2 por 2 metros y no en un cajoncito. También se lo acusó de haber violado a una chica de 14 años. Cualquier mentira en formato de locura era buena con tal de ensanchar la grieta.
Al tiempo de caer Perón entró el FMI. El líder no negoció, por eso el golpe y a otra cosa mariposa.
Con Néstor y Cristina pasó lo mismo. Después de una década amplia en derechos y crecimiento, los medios publican en cadena cualquier acto presumiblemente delictivo. Todo lo que suena a K es delito, perverso y antiético.
Los grupos económicos coparon el gobierno de Macri y para que les cierre el modelo fascista necesitan dirigentes K desfilando por Comodoro Py.
En los tres casos mencionados al poder solo le interesa que una minoría gobierne y que la pobreza se expanda por doquier. “A ellos les interesa la pobreza, la decadencia y la miseria del país, porque les interesa el bajo costo de la producción exclusivamente, para poder seguir la carrera de los bajos precios que imponen desde afuera. Ellos se oponen a que se subvencione el costo de la vida o el desarrollo industrial”, dijo Arturo Jauretche.
Hoy Cristina puede ser procesada por una medida de gobierno o por el testimonio de un mentiroso serial. Aníbal Fernández acusado de ser jefe narco es procesado por el Plan Qunita y cualquier funcionario dará con sus huesos en la cárcel por latrocinio teniendo en Cristina su líder natural o quizás, la jefa de la banda. Cristina será detenida, pero la causa que el pueblo todo está de acuerdo en que vaya a prisión es por haber robado la tristeza, instalado la alegría y haber saqueado la infelicidad.
Hoy la moda es escrachar a Zanini, justo el único funcionario sin causa alguna. Lo cool es acusar de robo a los K, igual que a Yrigoyen, Perón, Isabel e Illia. De Videla y la deuda eterna nos olvidamos y encima premiamos a sus descendientes con cargos en el municipio de Morón. Aramburu y Onganía fueron patriotas y Menem y Macri nos introdujeron en el primer mundo. Perdón, ¿De los papeles de Panamá no se habla, no?