“Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios, en el mercado, son también mercaderías. La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Pero nos oculta la naturaleza de esa libertad tan restrictiva como la del estado, aunque más hipócrita, porque el libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden”, dijo Arturo Jauretche.
Este emblema peronista resumía su pensamiento sobre los medios en su presente que es tan actual. Los medios, voceros de las corporaciones supranacionales hoy, antiguos “corre ve y dile” de la oligarquía trafican información con un solo objetivo: debilitar gobiernos. En una palabra, ser duros con los blandos y blandos con los duros.
En esta línea de pensamiento observamos como la cadena nacional de medios llegó a la conclusión del asesinato de Nisman antes de producirse el crimen. Las operaciones mediáticas son continuas y tengamos la certeza que la tapa con el título catástrofe “Cristina presa” ya está armada.
En los diarios podremos leer como Cristina mató al fiscal, no sin antes alquilar miles de habitaciones a Lázaro Báez y comprar una fábrica de valijas para que su vicepresidente lleve y traiga miles de dólares del extranjero.
Aunque suene ridículo y de hecho lo es, el objetivo del poder real es ese, claro que no es la primera vez que acude a esta artimaña. En 1955 Perón tuvo más de 50 causas, entre ellas violación, estupro, robo, estafa, intento de homicidio. Ninguna de ellas tenía un basamento veraz. Tanto es así que cuando Perón comienza su retorno a la Argentina, el presidente Lanusse hace levantar las causas.
Hoy como ayer, el poder debe mentir, engañar y acomodar el presente para que el modelo económico proyectado se pueda cumplir. Jauretche, en su capacidad para analizar cada tópico de la realidad se expresó sobre este tema y dijo: “Falsificar la historia, achicar la extensión, dividir ideológicamente con planteos ajenos a la realidad, crear intereses vinculados a la dependencia y dotarlos de un pensamiento acorde, controlar el periodismo, orientar toda la enseñanza, disminuir la fe en el país y en sus hombres son las variadas técnicas de esa colonización para que la semi colonia no se independice y no construya su economía en razón de sus verdaderas posibilidades que la llevan a la liberación”.
Los medios dominantes tienen demasiado que ver con la actual Argentina. Ayudaron a confundir a miles de habitantes para que con su voto optaran por un cambio, voto que los está llevando a la indignidad y el servilismo. También es cómplice el sistema político que observa la nada mientras los derechos adquiridos son derribados.
A 90 días de estrenar gobierno el argentino de clase baja sufre, el media clase está atento y se persigna para que el poder no vaya por el mientras las clases altas sonríen y crecen a más no poder.
Los medios como grandes responsables de la actualidad no trepidan en desinformar. El modelo tan conveniente para sus intereses debe consolidarse y por esa razón hace caso omiso a esa letra popular que dice: “Una información mal dada es un asalto a mano armada”.