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Todo pasado fue anterior-Por Kurt Wilkens

El presidente Mauricio Macri no lleva 100 días de gobierno y las comparaciones maliciosas de propios y extraños abundan en cuanta red social uno observe.

Parte de la oposición lo compara con la década del 90’, otros dicen es la vuelta del 55´ y otros llegan hasta la década infame. Quizás todos tengan razón pero detengámonos en aquellos que apoyan al pre-peronismo.

Hoy el gobierno habla de una nación rica empobrecida por la gestión anterior. La herencia recibida es el concepto que más repiten quienes tienen intereses creados con el oficialismo.

Sobre juicios de valor todo es opinable. Ahora bien, el sustantivo más el  verbo carecen de calificación. El adjetivo solo opera en medios dominantes y algún boletín barrial opositor.

Pero si pensamos  que estamos en la década infame, en el pre peronismo podemos recurrir a un pensador de esa época. Manuel Ortiz Pereyra  dijo en esos años que: “El pueblo que ha concurrido a la escuela  argentina ha aprendido una cantidad respetabilísima de conocimientos de historia, geografía, gramática y otras materias pero ignora de un modo absoluto su situación real y actual del pueblo encadenado a una dictadura económica que lo hunde silenciosa e implacablemente en la miseria del hambre, la corrupción y el crimen”.

Si existe algún parecido entre este pensamiento y la actualidad se debe entender que no es un engaño literario sino la reiteración histórica de nuestro país.

Pero la diferencia con el pre-peronismo es que el argentino en la década del 30´ estaba huérfano de derechos. No entendía cual era el significado de un pueblo feliz. Sabía que su vida era un correlato de injusticias y tristezas. Su deber era trabajar  y su derecho era recibir una limosna a cambio. Vacaciones, vivienda, salud, educación, pertenecían al libreto de una película de ciencia ficción. Con lo cual la queja popular no era tan airada porque nadie podía pedir lo que desconocía. Alguna protesta anarquista que daba titulo a una crónica de algún diario en la página 22 era todo lo que sufría la oligarquía.

Hoy  se sabe  cuáles son los derechos de los trabajadores, hasta hace tres meses ni se hablaban de ellos porque formaba parte de la normalidad. El nuevo gobierno cambio las reglas de juego. Instaló a la oligarquía en el gobierno y las sumo al poder. Por eso, un derecho laboral y un empleo son especies en extinción.

El gobierno consolidó  la idea de una pesada herencia. Todos hablan de podemos volver a ser un país rico, otros más creyentes del conservadurismo alaban el modelo y tratan de contagiar una falsa alegría.

Pero si apretamos enter y volvemos a la década del 30` observaremos un país que pretendía ser la quinta potencia con un interior hambreado. Un lugar en el mundo donde quienes gobernaban hablaban de la riqueza del país pero quienes transitaban la realidad decían exactamente lo contrario. “Usted sabe que si, como dicen, en la Argentina llueve riqueza, resulta que nosotros, los del pueblo andamos siempre secos”, decía Manuel Ortiz Pereyra. “Lo que ocurre, continua el pensador, es que el país esta techado. Por eso no nos mojamos de esa lluvia de riqueza, y ese techo tiene canaletas que llevan esa riqueza a Londres y Nueva York y nosotros nos quedamos secos y eso es el imperialismo, ¿No le parece?”.

Volviendo al siglo XXI, leyendo los diarios y escuchando al oficialismo uno deber apreciar que las canaletas han aparecido otra vez y del otro lado el imperio sigue recaudando.

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