Los jueces hablan por sus fallos, los goleadores con sus goles, los cocineros con sus platos, los cómicos con sus chistes y los presidentes con sus hechos.
Y este gobierno sí que habla con su gestión. No se han cumplido 90 días y la revolución de la alegría invadió los rostros de la gente linda, la gente como uno, la gente.
Ahora podemos viajar, otra vez, como gente normal a ver las maravillas del primer mundo. Los medios no cesan de dar buenas noticias y la mañana con la inseguridad en la televisión es cosa del pasado.
Volvió la sonrisa al rostro de Mirtha Legrand. Canal 13 no para de destacar el intelecto de nuestro presidente. Sus programas sin contenido acompañan con sabiduría nuestra cotidianeidad.
Nuestra gente no discute más en la mesa. No se habla de política y volvimos a ser católicos, apostólicos y romanos. Pero sobre todo, derechos y humanos.
Ya dejamos de incluir cualquier cosa y nos sacamos de encima los planeros, los negros y los marginales. Pobres todavía quedan algunos pero si Mau nos prometió pobreza cero ya tendrá algún as en la manga para exterminar esa clase que te ensucia las calles, reclama comida barata y quieren un techo para criar montones de hijos que vaya a saber uno si conocen al padre.
Pero este gobierno nos representa. Es honesto como nosotros, no discrimina a los ricos ni descalifica a la gente cool, es realmente democrático y antipopular como Dios Manda, sí, dije Dios y no mencioné al zurdito del Papa. Ese, ese, ya va a caer.
Igual lo que más destaco de este gobierno es su trato, su educación, su perfume y sus relaciones. No van tres meses y ya le pagamos a los holdauts, el campo la levanta en pala y nuestras empresas no cesan de despedir y acumular dólares. Es más, hay algunos empresarios que ya la pesan.
Con la yegua lo único que había era distribución de la riqueza, negros con techo y comida, futbol los domingos y esa gentuza que osó pisar Punta y algún atrevido que viajó a Europa. Es más, tuvieron el tupé de no viajar como polizonte.
Ahora la yegua no está. Hoy reina un hombre de ojos claros que hace feliz a una selecta minoría. El resto, lamentablemente para ellos, han adoptado el número cinco como línea de vida en un futuro, porque nuestro presidente es para esa oscura mayoría quien los dejo 5 mer, 5brar, 5legios y 5 mentarios.