Ni con los discursos escritos, ni recontra ensayados, con letra de alto puntaje, marcas en los párrafos donde debe elevar el tono, mostrarse enfático, etc. el presidente de la Argentina Mauricio Macri, acierta a comunicarse con el público sin cometer errores, como es repetir párrafos ya leídos y no darse cuenta, hasta que otro no se lo advierte. El pivoteo de datos falsos.
Por Margarita Pécora
¿Miedo escénico, pánico, o incapacidad? Un combo letal para un hombre que se lanzó a conquistar el sueño de ser Presidente, sin estar dotado de la capacidad de ser un buen comunicador. Un hombre que intenta hacer un inventario de 80 días de gobierno cambiando realidades casi todas para mal, y que se muestra inseguro de las ideas que debe trasladar a nada menos de 40 millones de ciudadanos.
¿Dónde quedó la soltura, la seguridad del orador, el poder de concentrarse en un único gran mensaje, con claridad, énfasis, y poder de convicción?
¿Quién puede creer a estas alturas en que todas las medidas ensayadas por un gobierno Ceocrático, tienen felices a los argentinos que ya no sueñan con vacaciones en el exterior, y sólo miran aterrados a las góndolas de los supermercados?
Es imposible que quien no cuenta con el poder de la palabra, pueda comunicar ideas mirando al público, como debe ser.
En cambio, el Presidente, ha estado expectante ante cualquier reacción del público, y se ha desconcentrado, al punto de responder a los abucheos, mostrándose a la defensiva, y pidiendo orden en nombre del voto la democracia.
El discurso de Macri en la apertura de las sesiones ordinarias, fue el de un ceócrata, que volvió a victimizarse cargando culpas al gobierno anterior, al decir que “encontramos un Estado desordenado y mal gestionado”. Como ya hizo en sus años de Jefe de gobierno de la Ciudad, se victimizó.
Esta vez, intentó persuadir, convencer de que fue el kirchnerismo el que dejó el desastre por el cual, el buscará derogar las leyes que proponían no pagar a los fondos buitre, un pacto por el cual hunde al país en un ajuste que ya conoce dos devaluaciones, un tarifazo, enormes transferencias a los grupos exportadores, mineros y petroleros, y más de 50 mil despidos estatales y privados. Y todo esto en sólo ochenta días.
No le importa sacrificar todo un país que ya ha empezado a padecer todo tipo de penurias. Se trata de un pacto con los buitres, que él considera necesario.
Cuando aseguró que «La inflación ya está bajando» cuestión que no perciben los argentinos de a pie, que chocan con precios cada vez más altos en alimentos y todo tipo de productos, la reacción de las bancadas opositoras no pudo ser otra que ripostar lo que se sabe que es incierto.
No pudo Macri ocultar su visible molestia y solo los aplausos de sus seguidores coreando a una voz un “si se puede” le devolvieron la paz en el difícil momento de un discurso leído que no llegó a tocar el corazón del auditorio.
Tras haber vencido la dura prueba de enfrentarse al Congreso, el nuevo dueño de la poltrona de La Rosada, intentará relajarse, para seguir armando planes corporativos, romper cerrojos, y si no consigue el consenso del Congreso para el paquete de leyes que definirá la salida del país del default, luego del acuerdo alcanzado con los holdouts, es muy probable que busque la manera de lograr a como dé lugar, la derogación de las leyes cerrojo y de pago soberano para afrontar la cancelación definitiva de la deuda por U$S 4653 millones. Algo que cada argentino /a tendrá que pagar con sudor y sangre.
Pivoteo
A juicio del diputado nacional Juan Carlos Díaz Roig, “Todo el mensaje de Macri, pivoteó sobre un dato falso, sobre una mentira: el presunto déficit del 7% del PBI en el 2015. El legislador formoseño advierte que “ no voy a votar para endeudar a mis hijos y mis nietos, por una deuda ilegal e inmoral”
En realidad, el déficit del 2015, fue menor al 2% en el mismo año en que la economía, el PBI, creció en un 1,5%.
El invento, le pertenece a Prat Gay, que a ese 2%, le sumó:
1.- Un 2% que es la ganancia del Banco Central, porque Prat Gay sostiene, que eso no es ganancia (?), sino pérdida del tesoro. Aunque afirmen que no lo es, lo cierto es que el Banco Central, cuando origina ganancias, le corresponde al Estado, y se computa en el balance anual en la columna del Haber, no en la del Debe.
2.- Un 2% por las deudas no pagadas pero originadas en el 2015. En ese caso se debiera:
- a) restarle al déficit las cuentas pagadas en el 2015, y originadas en el 2014; ó b) sumarle las cuentas devengadas a favor del Estado en el 2015, pero no percibidas, por ejemplo: los impuestos sobre los silos bolsas, no liquidados. De cualquier forma, todos los países y el FMI, confeccionan los balances sin deducir las deudas no pagadas en cada ejercicio, y sin sumarle los otros conceptos.
3.- Otro 1,5% del déficit generado por las “promesas de campaña”, que se vio obligado a efectuar Macri, entre ellas, el costo de la devaluación.
Obviamente, como el dato principal del diagnóstico, es deliberadamente falso, todas las conclusiones lo son también. Pero, a mayor abundamiento, nos encontramos con un discurso presidencial con una sola propuesta: el pago a los fondos buitres.
Si pagamos, asegura “Mauri”, automáticamente vendrán capitales, se controlará la inflación, aumentara el PBI y llegaremos al pleno empleo por la teoría del derrame.
Esto ya lo aplicó Cavallo en nuestro país, y nos fundimos en el 2001. También lo están aplicando en Grecia, España y Portugal, y el desempleo supera el 25%
Lógicamente, desde mi humilde banca de Diputado Nacional, no voy a votar para endeudar a mis hijos y mis nietos, por una deuda ilegal e inmoral.”