El acumulado anual muestra un crecimiento del 3,1% frente a 2024, pero este avance se debe principalmente a la baja base de comparación del año previo. En contraste, la actividad se ubica un 9% por debajo del acumulado a octubre de 2023 y un 9,3% inferior a 2022, con niveles similares al cuarto trimestre de 2024 y alrededor de un 10% menores que en 2022 y 2023.

En octubre, según datos del INDEC citados por la UIA, la producción industrial cayó 2,9% interanual, con una variación mensual desestacionalizada de -0,8% y una tendencia-ciclo negativa por noveno mes consecutivo. Once de los 16 sectores registraron bajas interanuales, destacando productos textiles (-24%), prendas de vestir, cuero y calzado (-15,1%) y productos de caucho y plástico (-12%). Solo crecieron rubros como otros equipos de transporte (+11,4%, por motos), refinación de petróleo (+3,2%) y minerales no metálicos (+1,1%). Esta heterogeneidad sectorial persiste: mientras algunos segmentos se benefician de la cosecha o el impulso de Vaca Muerta, la mayoría sufre debilidad en la demanda interna y mayor competencia importada.

Los datos adelantados de noviembre profundizan el retroceso: despachos de cemento (-7,7%), índice Construya (-7,1%), producción automotriz (-22,1%), consumo de energía de grandes usuarios (-5,8%) y producción de bebidas (-6,9%). El acumulado versus 2022 muestra caídas superiores al 20% en construcción y alrededor del 10-20% en varios indicadores clave.

Las PyMEs enfrentan una situación crítica, según el informe de la Fundación Observatorio PyME citado por la UIA: caída acumulada del 4,1% en producción y 4,6% en empleo en el tercer trimestre de 2025, con indicadores en zona contractiva (PMI-PyME 43 puntos, ICE-PyME 44 puntos). El 81% reporta presión de costos, el 37% pierde mercado ante importados chinos, y muchos enfrentan retrasos en pagos y dificultades financieras.

Los datos confirman el panorama: consumo masivo incidió negativamente en 0,9 p.p. en octubre, prendas de vestir en 0,8 p.p., y sectores como durables, insumos industriales y cosecha también pesaron, aunque bienes de capital subieron 6,6%. Insumos para la construcción, pese a una leve alza interanual, permanecen 20-23% por debajo de 2022-2023.

Informe de UIA coincide con el alerta sindical de la CSIRA

Esta coyuntura ha generado una fuerte reacción desde el ámbito sindical. La Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), encabezada por Ricardo Pignanelli (SMATA), denuncia una «desindustrialización inducida» por las políticas económicas del gobierno de Javier Milei, que califica como un «industricidio anunciado» similar a períodos destructivos del pasado.

La entidad alerta por una contracción promedio del 9,5% en la producción manufacturera en 2025 respecto a 2023, critica el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) por priorizar sectores extractivos de bajo valor agregado y empleo, y señala la pérdida de más de 42.000 puestos industriales registrados (en 16 de 21 meses desde la asunción del gobierno), más de 125.000 en el sector informal, y el cierre de casi 2.000 empresas industriales desde noviembre de 2023, con suspensiones, reemplazo por importaciones y destrucción de saberes y redes productivas.

CSIRA también denuncia el cierre de la Secretaría de Industria y la Secretaría PYME como una renuncia abierta a la política industrial, en contraste con tendencias globales de refuerzo estatal en potencias como EE.UU., Europa, China, Brasil y México.

La industria, en posición vulnerable

En respuesta, los gremios convocan a un Congreso de la Producción, Trabajo y Calidad de Vida, uniendo a trabajadores, empresarios industriales, PyMEs, universidades, centros tecnológicos, investigadores, estudiantes, científicos y gobiernos locales para defender las capacidades productivas. Declaran: «sin producción no hay futuro, sin trabajo no hay justicia social y sin industria no hay soberanía económica ni desarrollo», y afirman con firmeza: «No al industricidio. Sí a una Argentina productiva, federal, inclusiva y con futuro».

El informe de la UIA, en sintonía con las alertas sindicales, evidencia que, tras el rebote de 2024, la industria no ha recuperado niveles previos, con una demanda interna debilitada y desafíos estructurales que afectan especialmente a las PyMEs y sectores sensibles a la competencia externa. Sin una reversión, el sector cierra 2025 en una posición vulnerable.

FUENTE.  MUNDO  GREMIAL