Gremios

La UOM moviliza San Nicolás: 16 días de paro y un horno apagado que enciende alarmas

Marcha masiva en San Nicolás por los despidos en Ternium

La UOM le reclamó al Grupo Techint por los bajos salarios en la siderúrgica. Empresas contratistas echaron a 250 personas y hay alarma en la ciudad por el impacto económico que puede generar. Ya van 16 días de paro. Se sumaron organizaciones sociales, políticas, familiares y vecinos.»Es volver a los´90!», sostuvieron.

Las calles de San Nicolás, en la provincia de Buenos Aires, se convirtieron en una muestra más de los efectos del modelo libertario que encabeza Javier Milei. Ayer, hubo una movilización masiva que unió la planta de Ternium-Siderar, del Grupo Techint –el mayor fabricante de acero del país– con la Plaza Mitre, en el corazón de la ciudad. Después de 16 días de paro, los trabajadores decidieron marchar para rechazar los despidos en las empresas contratistas y denunciar la precarización laboral y los salarios depreciados. Pero fue más que una actividad sectorial, a lo largo de la caravana se sumaron centrales sindicales, organizaciones sociales, partidos políticos, familiares de trabajadores, y vecinos y vecinas que advierten sobre el impacto que puede generar en la vida cotidiana de la región. El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, apuntó directamente contra Paolo Rocca y dijo que “no se puede precarizar a los trabajadores de la manera que lo está haciendo”. Además, criticó al secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero, y anticipó que el conflicto podría escalar a nivel nacional si no se llega a un acuerdo.

Pasadas las dos de la tarde, la caravana de autos y micros con delegaciones de la UOM de distintos puntos de la provincia partieron desde Portería 1, la entrada de Ternium- Siderar, que estaba custodiada por efectivos del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la Policía Bonaerense y, a unos metros de ellos, por la Gendarmería Nacional. Desde hace dos semanas, los trabajadores del lugar permanecen con un paro por tiempo indeterminado para reclamar por los salarios, las malas condiciones de seguridad y los despidos que se dieron en los últimos días, alrededor de 250 según el gremio. La mayoría pertenecientes a Loberaz, una de las 50 empresas contratistas que orbitan alrededor del gigante Techint en esta región y que se dedica al mantenimiento dentro de la fábrica. Pero no es la única, hay otras que funcionan como satélites y también están en conflicto como Casius, RM Seguridad Ambiental, Sijam, entre otras.

Los despidos son la eclosión de una disputa mucho más extensa por los salarios, que lleva más de un año sin un acuerdo. “Tenemos la necesidad imperiosa de que los trabajadores puedan recomponer el salario. No puede ser que desde hace 13 meses venimos discutiendo y exigiendo en la paritaria con la Cámara Argentina del acero y Pablo Rocca se niega a acordar con la organización sindical, que pide que el sueldo no pierda frente a los anuncios que hace el Indec mes a mes”, le dijo el Furlán a Página/12. El dirigente, que suena como uno de los candidatos a conducir la CGT tras las elecciones en noviembre, denunció los salarios por debajo de la línea de pobreza que recibe un sector de los empleados. “Paolo Rocca está con una postura de que la organización sindical acuerde por debajo de los índices de inflación, esto para nosotros es inaceptable porque tenemos salarios muy comprometidos, muy por debajo de la línea de la pobreza, y esto es vergonzoso, No se puede precarizar a los trabajadores de la manera que lo está haciendo Paolo Rocca”, agregó y también dirigió las críticas al Gobierno de Javier Milei: “Acá hay una complicidad con el señor Julio Cordero, que hoy está ocupando la Secretaría de Trabajo de Nación, que cuando acordamos con los empresarios no nos homologa la paritaria”.

Pero lo que encendió aún más la llama del conflicto fue la decisión de Techint de apagar el alto horno de la planta “General Savio”, que alguna vez fue la empresa Somisa, privatizada durante el menemismo. “Apagar el horno es apagar la ciudad”, sostienen de manera generalizada en San Nicolás, sean o no trabajadores de la empresa. Se trata de una medida excepcional que se hace muy pocas veces para tareas de mantenimiento planificadas por los costos que genera y por el tiempo que se pierde. La medida fue incluso criticada por todas las fuerzas políticas del Concejo Deliberante, que la semana pasada aprobó una resolución por unanimidad en la que denunciaron la “actitud extorsiva y violatoria de los derechos laborales de los trabajadores” por parte de la siderúrgica de Techint.

“Es volver a los 90”, “es el fantasma de Somisa”, “es un revival, llevó años reconstruir la zona”, fueron algunas de las frases que se escucharon entre los asistentes al acto en Plaza Mitre, frente a la Catedral. Pero no se trata solo de personas con contacto directo con la empresa –aunque acá es difícil que alguien no tenga conocidos en ese rubro–; en la ciudad se sabe que lo que pase en la fábrica impactará en la economía local: los negocios esperan con ansias los días 4 y 5 de cada mes porque saben que los siderúrgicos cobran. Es por eso que hay incertidumbre, lo que pase en la planta llegará a la ciudad.

Salvadora, tiene 77 años y se acercó a la plaza a “apoyar a toda la juventud, a todos los trabajadores” porque jamás pensó “que podíamos volver a pasar esto”. “Yo ya tengo mi edad, cuando se vendió Somisa también lo pasamos mal y yo estoy acá por mi ciudad, por San Nicolás”, le dijo a este diario. A su lado estaba María Andrea Aguirre, que se define como “hija somisera”. Su papá, Ricardo, ya fallecido, trabajó en la fábrica y para ella es un deber acompañar. “La economía local se mueve por las compañías, por los muchachos que están trabajando. Así que toda la ciudad tendría que estar apoyando”, dijo. “Vine también por mi papá, porque si él hubiera estado vivo, hubiera sido el primero en venir acá”, agregó antes de emocionarse. Una muestra del vínculo identitario que la industria del acero tiene en la región.

Por razones similares también se acercó Juan Maldonado, jubilado siderúrgico. Gran parte de su vida la pasó en esa empresa, trabajó 32 años hasta jubilarse. “Están retaceando los sueldos, podrían aflojar en las paritarias”, dijo y lo comparó con otros períodos históricos: “Menem nos arrasó y después tuvimos épocas muy buenas, como la de la recuperación cuando entró Néstor”. Juan llegó hasta el lugar con su mujer y su hija con discapacidad. “Hay que acompañar porque nos puede tocar a nosotros también”, dijo y miró a la nena. “Uno despacito va recortando cosas, recortando, recortando hasta que ya no podés recortar más”, agregó.

Los sueldos alrededor de Siderar oscilan entre 1.200.000 pesos y 800.000 por ocho horas de trabajo, con los montos más bajos para los trabajadores contratistas. “Para poder superar esas cifras, los compañeros tienen que hacer horas extras o estar expuestos a condiciones laborales con algún adicional que beneficie un poco ese ingreso”, le dijo a este diario Luis Sánchez, uno de los referentes de la seccional San Nicolás. “El año pasado sufrimos dos muertes de compañeros por las condiciones de trabajo, uno alcanzado por las llamas de un caño y otro que cayó por el desmoronamiento de una plataforma. Además, hay otros dos que todavía están en recuperación en sus hogares”, agregó. En los últimos días, las empresas contratistas propusieron cuatro cuotas de 150.000 pesos, algo que la asamblea rechazó porque no es una cifra no remunerativa.

A la movilización también se sumaron organizaciones políticas como Movimiento Derecho al Futuro, del gobernador Axel Kicillof, o el Partido Obrero, además de organizaciones sociales como la Corriente Clasista y Combativa. Además, de la CGT acompañaron las dos centrales de Trabajadores de la Argentina. «Venimos padeciendo las suspensiones y despidos desde que asumió este gobierno, tanto en la planta de Acindar como en la de Atanor, es muy cerca de acá. Todo esto impacta fuertemente en la economía de la ciudad. Es tristemente similar a lo que pasó en los años 90. Por un lado, muchos de esos trabajadores son esposos, parejas de las docentes, pero esto es algo general que nos afecta a todos «, le dijo a Página/12 la secretaria general de Suteba y secretaria de Organización de la central, Nancy Monti.

A muy pocos días de las elecciones bonaerenses, también estuvo el intendente de Ramallo –una localidad vecina que también tiene un vínculo muy fuerte con la industria de acero– , el peronista Mauro Poletti. Los que no se sumaron fueron los hermanos  Passaglia, ni el intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia ni su hermano y antecesor en el cargo, Manuel, que encabeza la lista de «Hechos», el partido político que armaron tras no aceptar el acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza.

Fuente.  PAGINA 12

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