Opinión

EL PEZ POR LA BOCA MUERE

Por Dany Wilde.

La llegada a la política de Javier Milei fue a través del kirchnerismo. Como este hombre, de apariencia liberal y ambición desmedida, traspasó el modelo nacional para desde su raro liberalismo fundar y quizás fundir “La Libertad avanza”.

Su discurso para captar jóvenes sin estudio ni contenido es la violencia verbal. Cualquier reportaje, sobre todo los televisivos, emite insultos por doquier. Que el Estado es bobo, que el Banco Central hay que incendiarlo, que los órganos deben venderse, que hay que echar empleados públicos, en fin privatizar el Estado ya.

Claro que este mensaje es solo para la gilada. Este buen hombre trabaja para la Corporación Trilateral. Heredó a Domingo Cavallo quien lo presentó a este ente fundado por el grupo Rockefeller en 1973. Todo lo que diga o haga es para la destrucción de un país y la entrega inmediata a la elite.

De todas maneras, al que a hierro mata a hierro muere. Todos aquellos que acompañaron a Milei en la fundación de este mini partido se alejaron del señor peluca. Maslatón, Espert, Marra y demás. Todo previsible ya que la política argentina es a pura interna, lo raro se produjo en los últimos días y es la aparición en sociedad de una militante.

Esta chica de 23 años, financiada por un sector del PRO, comenzó a hablar de favores sexuales, de compra de cargos y demás miserias propias del liberalismo. Lo que dijo no es novedad, sobre todo en los partidos pequeños. La derecha siempre remató los cargos mientras que el peronismo debía sus puestos a la militancia. La derecha no cree en la unidad básica, en el afiche, la derecha es: “cuanto es, cuanto debo y cuando paso por lo mío”.

La denuncia de la joven liberal se estrella contra la peluca de un hombre de discurso nazi y sin contenido que busca ser vicepresidente del PRO y no avanzar con la libertad.

Estamos en campaña, los insultos e internas serán diarias y todo se parecerá a una clínica privada, todos los días una operación.

Mientras tanto en el oficialismo lucha por una fórmula que se haga fuerte en el votante. Por ahora la gobernación bonaerense no cambia de color político, el resto Dios dirá. ¿No le parece?

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