
Lo primero que hay que tener claro es qué es una metáfora. Se trata de una figura que se utiliza en la literatura, tanto en narrativa como en poesía, y que se forma con tres elementos básicos:
El elemento real, que es aquello a lo que nos referimos realmente con la metáfora. Por ejemplo, si decimos: “Tiene el cabello de oro”, queremos decir que es rubio. Entonces “rubio” es el elemento real.
El elemento imaginario, aquello con lo que se compara el elemento real. En el ejemplo anterior, el color dorado se refiere al rubio.
La conexión entre ambos elementos. El pelo rubio y el oro se utilizan en la metáfora porque tienen un color parecido y están relacionados.
Así lo explica el sitio de la ACNUR, en su apartado “Metáforas para explicar conceptos a los niños”.
Pero esa forma de hablar puede replicarse en todos los niveles sociales, y rangos etarios de la población. Lo que varía es la elaboración del elemento real e imaginario.
Si decimos “ese jugador es más lento que Boris Karloff”, para que se entienda es necesario saber que el actor británico Karloff interpretó a Frankenstein y su andar era pausado. La metáfora funciona según el conocimiento previo.
Las bombas, por consenso social, tienen una carga negativa. Es elemental, y adrede, generar incertidumbre en la economía si la principal oposición utiliza en sentido figurado “Nos están dejando una situación peor que la del 2015 y una bomba armada para el pueblo argentino”.
El primer interrogante, y tal vez el menos importante, es si el “nos están dejando” lo dicen como ciudadanos argentinos o como próximo oficialismo.
Segundo, y quizá más moralista y no por ello más importante, que la oposición sea tan irresponsable de pronunciarse de manera anticipada a una posible corrida bancaria que termine siendo más perjudicial para el pueblo que la bomba que describen. Peor aún, cuando Alberto Fernández reconoció por todos los medios que de “buenazo” ayudó a concluir el mandato de Macri tras la corrida cambiaria post PASO.
Siguiendo con el vuelo literario, porque no es para tomar de otra manera esa frase, se asemeja mucho al cuento de Gabriel García Márquez donde narra que una mujer en un pequeño pueblo le comenta a sus hijos en el desayuno que tiene el presentimiento que algo muy grave va a suceder en ese pueblo. Cuando salen de la casa a hacer su vida diaria le comentan a quienes se cruzan lo que presintió la madre. Sus amigos se lo comentan a sus familiares y así, hasta que por la tarde una mujer va a la carnicería y pide un kilo de carne, y en el momento que la está cortando, le dice: “Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado”. El carnicero despacha su
carne y cuando llega otra señora a comprar su kilo de carne, le dice: “Mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas”.
La sugestión hace que la gente comience a dejar el pueblo por miedo a que pase algo, lo que provoca un éxodo descomunal, y la madre que comenzó esta historia vuelva a hablar con los hijos para decirle “¿Vieron? Yo sabía que algo iba a pasar”.
Es la profecía autocumplida.
El Gobierno que más endeudó al país en la historia cita una metáfora sobre la crisis económica del Gobierno. Se sostiene en la realidad actual, los mismos que hablaba de “pesada herencia”.
El candidato oficialista que le marque los irresponsables empréstitos en dólares ante organismos mundiales tomados durante el macrismo se llevará como contrapartida el “ustedes nos dejan una bomba”. Imágenes sin contenido más que bloquear el debate económico.
Es sorprendente que la principal crítica de la oposición sea en la arena económica donde Cambiemos hizo más agua. Sin embargo, una última encuesta reveló que en la Provincia de Buenos Aires, el bonaerense está más preocupado por la inflación que por la inseguridad o la falta de cloacas.
Como si bajando la inflación se iría a solucionar los otros problemas. El focus group está a pleno y Juntos por el Cambio critica lo que adolece.
Pero, lejos de hundir al oficialismo esto puede revitalizarlo. Encontrar un enemigo para aducir “miren lo que son” cuando en todo caso la diferencia entre uno y otro es el matiz del color. Es como cuando Alberto recula en chancletas. Que haya entendido esa metáfora describe como estamos.