Opinión

¿NACIONAL Y POPULAR?

Por Carlos Galli.

Silvina Batakis, la ex Ministra de Economía, la que nos decía que no viajemos al exterior. Que el que tuviera dólares, los invierta en el país. Que apoyemos la industria nacional. La que con su inexperiencia con los mercados, hizo que el billete verde superara los trescientos cincuenta mangos.

La que sin sonrojarse, nos decía que tenemos que ajustar el cinturón, porque iban a venir los tarifazos.

Esta progre, que duró en el cargo, lo mismo que una hoja en la tormenta, viajó a Nueva York, símbolo de la derecha capitalista y salvaje, fue de compras a la Quinta Avenida, y a uno de los centros comerciales más caros del planeta, y se compró un celular (iPhone 13), que con su valor, una familia tipo, come durante más de dos meses.

Nos «ordenaba», que no gastemos más de lo que podemos. Que aquellos que tienen tarjeta de crédito, sean prolijos y no gasten en pavadas. Y si pueden, no la usen. Nos daba consejos a los laburantes, a los jubilados y que iba, junto al Presidente que no preside, iniciar la «guerra» contra la inflación. Que iba a controlar los precios. También que se encargaría de los empresarios inescrupulosos. Que controlaría las casas de cambio, y que sacaría a todos los «arbolitos» de las peatonales Lavalle y de Florida.

Pero todo es posible, en un país donde un diputado al que le pagamos el sueldo, hizo un proyecto de Ley, para que la Ciudad de Marcos Paz, sea declarada capital del jamón crudo.

Volviendo a la ex Ministra, dijo que solucionaría el tema de los inquilinos con «ley» a favor de ambas partes. Dicho sea de paso, la ley sigue cajoneada con candados.

Cómo es posible que un Presidente, nombre a una incapaz para manejar la económica de un país que está en llamas. Incendiado en todos los rubros, ¿Excepto el político? Y SÍ, un Presidente la nombró porque sin dudas, él también es un incapaz. Es un funcionario, el más «importante», que tampoco funciona. Este nombramiento fue despropósito, y la «economista», una cara de piedra. Que se hacía la popular y progre, y viaja al país del norte, a gastar sus dólares. Lo puede hacer, claro que puede. Tiene derecho a hacerlo, lo tiene.

Tendría que tener un mínimo de ética. Demuestra claramente que tiene menos calle que Venecia. O que nos chamuyó a todos y que el PUEBLO, le importa un carajo.

Ya nada sorprende. Somos un país extraordinario, maravilloso, lástima que tengamos políticos y políticas, que son lo más parecido a la escoria, sacando pocas y honrosas excepciones.

Y como dijo Seneca: «Haz lo que yo digo y no lo que yo hago».

POSDATA:

Esto que he escrito, solo puede ocurrir en un país, dónde el Presidente de la Nación, que no tiene una agenda seria. Solo diré su agenda de ayer. Estuvo en el Servicio Meteorológico Nacional, aunque haya cumplido 150 años. Hay miles de otros temas que  preocupa a la sociedad.

Poco serio Dr. Alberto Fernández.

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