4161

Por Gabriel Princip.
En noviembre de 1956 el dictador Pedro Eugenio Aramburu dictaminó que ningún ciudadano podía mencionar el apellido Perón ni Evita ni nada que tuviera que ver con el líder. Deportistas retirados por un capricho, Hugo del Carril detenido y el resto de peronistas conocidos perseguidos o presos.
Desde el teatro de revistas Pepe Arias hablaba del que te dije o el que te jedi, el peronismo en silencio y la clase media inventada por Perón sonriendo. Todo gracias a un tirano cuyo brazo civil y mejor amigo era Ricardo Balbín, el Radical.
En la segunda década del siglo 21, la policía porteña o los ñoquis celestes de Larreta reeditan el concepto de Aramburu. La hinchada de Defensores de Belgrano fue asaltada por la policía. Estos malhechores le robaron la bandera que decía todos con Cristina y la policía es de Larreta.
También estos uniformados inútiles reprimieron a Máximo, viejas y pibes que le hacían el aguante a Cristina. El 4161 volvió. Todos los que fuimos a esa esquina fuimos filmados, quizás por la misma cámara que Macri filmó a Larreta y le tiró un carpetazo avisando que el Intendente es casado y tiene dos amantes, una ya le dio un hijo.
La yuta porteña es la que acompaña a pasear al Polo Obrero cuando arma un piquete. Nunca una valla, siempre de la mano la poli y la derecha. Solo reprimen peronistas, esos que se quejan en la Legislatura, también vallada o que bancan a su líder.
El 4161 se instalará en todo el país si gana la derecha. Les encanta prohibir, les gusta robar y endeudar, pero más le place ver un pueblo pobre y arrodillado. Eso pasará si el próximo presidente es uno de los preferidos del poder real. Esa es la razón por el cual Cristina debe ser candidata. Es la garantía de la alegría, de la ampliación de derechos y de plantarse ante el circulo rojo. Ya sabe lo que tiene que hacer. Basta de llorar, basta de explicarme que Perón era mejor, es tiempo de valientes y no de cobardes, es hora de armar la guardia de Juncal y que el líder se transforme en presidente. ¿No le parece?