PASADO, PRESENTE Y FUTURO
Por Carlos Galli.
El pasado, como dicen los jóvenes, ya fue.
El presente es gris, y el futuro incierto.
Nuestro país tuvo democracia, dictaduras, tiranos y genocidas. Fuimos una Nación inestable política y económicamente. Muchos sienten añoranzas de un pasado, que las grandes mayorías, no queremos. Aunque algunos pocos sostienen que todo tiempo pasado fue mejor.
Resulta ilógico pensar por un instante, que nuestro presente es brillante. Lejos estamos de que así fuese. La dirigencia política, en general, son politiqueros y charlatanes, hipócritas, soberbios, que tienen el corazón de piedra y la conciencia cauterizada. Sacando muy pequeñas excepciones. Primero están sus intereses mezquinos. Y a años luz, los del pueblo, que dicen representar.
Los movimientos sociales administran la pobreza, y a la vez son funcionarios de la Coalición de Gobierno.
Son lobos feroces, con piel de cordero. Unos y otros, son como los sepulcros, blancos y limpios por fuera, pero por dentro llenos de miserias y podredumbres.
Un presente con nubarrones, pronóstico de tormentas fuertes y seguramente tempestades.
Debo ser absolutamente sincero, primero conmigo mismo y con los lectores. Todos sabemos que Sergio Massa no es un súper Ministro, es tan solo uno más en el rejuntado de un gabinete, que tiene más oscuros que claros. Más tibios que calientes. Más vende humo que ideales y convicciones. Ni siquiera es economista. Es un abogado que casi siempre, vivió de las tetas del Estado, en todas sus variantes, excepto ser Presidente de la Nación. Cargo con el que sueña, pero que se le puede volver una pesadilla.
Tiene los amigos del campeón, que estarán presente siempre y cuando les convenga.
El futuro es tan incierto como el paupérrimo presente. Generaciones atornilladas a sus sillones y a sus confortables despachos.
Habría que tener una bola de cristal, que de verdad pueda «ver el futuro», pero como esto es una fantástica fantasía, el futuro del país solo lo podremos hacer los laburantes y los cuidamos de a pie. Los empresarios serios, dónde el capitalismo no sea salvaje ni caníbal. Un sindicalismo fuerte y combativo, defendiendo los derechos de la clase laburantes.
Todo lo demás, es harina de otro costal.
Para el pueblo lo que es del pueblo, porque el pueblo se lo ganó.
