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Opinión

OJALA UN DÍA…

Por Carlos Galli.

Ojalá un día nos gobierne Ali Babá, por lo menos sabremos que solamente habrá cuarenta ladrones.

Más allá de ser un personaje de ficción, es una extraordinaria moraleja. La enseñanza gira en torno a qué las malas obras y acciones, a la larga o a la corta, siempre tienen retornos malos.

La autora del fantástico relato fue Verónica Murguía.

Según algunos críticos, en especial Antoine Galland, un orientalista francés del siglo XVIII fue añadido a libros LAS MIL Y UNA NOCHE.

Está introducción es para entender porque quisiera que alguna vez aparezca una especie de Ali Babá, y si este supuesto ocurriera estaríamos tranquilos, porque insisto, habría solo cuarenta chorros. Que tendrían sus propias cuevas, que serían abiertas con las palabras «mágicas» “ábrete sésamo”, y se cerraría, con otras dos palabras similares, “ciérrate sésamo”. Y los cuarenta ladrones y Ali Babá esconderían todo lo que le roban al pueblo.

Tener un país gobernado por cuarenta delincuentes, comparado a nuestros días, sería algo fabuloso. En 45 millones de habitantes con solo 40 ladris, sería un verdadero Paraíso.

Seguramente los lectores dirán: “a este Comunicador Social le falta un tornillo”, y tal vez, hasta tengan razón, pero hoy me levanté pensado que felices podríamos ser, si el poder en general, especialmente, el político y el económico solo tendría 40 dirigentes que nos robaran. Entonces recordé el cuento de “Las Mil y una Noches, Ali Babá y sus secuaces”.

Daría de lo poco que tengo para que en un gobierno, cualquiera sea su tendencia ideológica, haya solamente 40 «vivos» que roben para la corona. Cuarenta corruptos es casi un ideal. Aunque no debería haber ninguno, pero comparado a lo que nos ocurre desde hace cien años, tener 40 ladrones seríamos mejor que Suiza.

La democracia es el mejor de los estados en que puede convivir una sociedad organizada. De todas maneras, la democracia «permite» que haya corrupción, ineptos, inútiles, y tener dirigentes sin una ideología clara. A veces son progre, otras reaccionarios, liberales y según convenga, conservadores. Algunos piensan que el pueblo es lo mejor que tenemos, y otros lo callan con planes sociales sin crear fuentes genuinas de trabajo.

Con Ali Babá, habría una enorme ventaja, solo existirían 40 ladrones que a ojos vistas son pocos, comparativamente a los miles que con guantes blancos han hecho de la democracia el mayor de los negocios.

Ojalá un día nos gobernara un Ali Babá de carne y hueso. Con eso ya estaría más que conforme. Tendría cierta paz, porque sé que me afanan solamente 40 chorros.

Le pido disculpas a los lectores por mi nota de opinión de hoy. Si los aburrí, mis disculpas se multiplican a la enésima potencia.

Quiero, como todos los ciudadanos que habitamos este país, vivir en un país cuasi normal. Quiero soñar esperanzas y no tener pesadillas.

Por eso deseo que un día al menos, nos gobierne un tipo como Ali Babá y sus 40 ladrones.

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