Mensaje de Putin acrecienta expectación por Ucrania

Por Margarita Pécora.
Cada minuto que pasa, marca una nueva escalada mediática del conflicto entre Rusia y Ucrania, donde son los medios de comunicación al servicio del poder político principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica los que de forma histérica fogonean, anticipan y dan casi por iniciada una guerra, que el Kremlin sigue negando que exista y que Ucrania tampoco confirma.
Lo más reciente acontecido y que ya comienza a ser objeto de todo género de especulaciones, es el mensaje a la nación ofrecido por el presidente Vladimir Putin, reconociendo a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, que son dos territorios prorrusos del Donbass ucraniano, una cuenca minera e industrial fronteriza con Rusia. Según la agencia AFP en ocho años la guerra entre Kiev y los separatistas ha dejado más de 14 mil muertos.
La declaración de Putin ya genera comentarios tendenciosos sobre el recrudecimiento de la tensión bélica en Europa, y hasta cierta decepción de los mandatarios de Alemania y de Francia, porque dicho reconocimiento ruso de los separatistas, pondría fin al proceso de paz resultante de los acuerdos de Minsk firmados por Rusia y Ucrania bajo mediación franco alemana, que pretendía la devolución de esas zonas a la soberanía ucraniana – según plasman otros observadores-.
Lo cierto es que Putin aseveró que “Ucrania no es simplemente un país vecino, que ese territorio fue creado por las políticas de los bolcheviques, y el líder de la revolución de Octubre Vladimir Ilich Lenin” y remarcó que Ucrania se convirtió en un escenario de guerra para la OTAN y Washington que han comenzado a explotar al territorio ucraniano como escenario de posibles operaciones militares.
Como los líderes de las dos repúblicas autoproclamadas se han dirigido al presidente ruso pidiéndole que reconozca la independencia de Donetsk y Lugansk, Putin ha convocado una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la nación, para abordar la situación referente a Ucrania, y esto es lo que marca la mayor expectativa en torno al conflicto que ha sido pasto del terrorismo informativo contra Rusia, por Ucrania, según dejan leer los principales medios estadounidenses que proyectan en sus titulares un incremento alarmante de las tensiones entre las dos potencias euroasiáticas, para de ese modo poder justificar las acusaciones de Washington contra Moscú.
Partamos de las declaraciones de Biden afirmando que la Casa Blanca tiene todos los indicios de que Rusia está preparada para agredir a Ucrania en los próximos días, considerando de paso muy alto el riesgo de guerra.
Le han puesto fecha al inicio de la guerra, para algunos después del 20 de febrero, para otros, a mediados del próximo mes, con tanta obsesión, que en una paranoia belicista expresan tremendas de que vuelen los misiles y se desate el drama de la muerte en el Donbass, de donde parten noticias inquietantes de bombardeos y hechos donde se constata que Ucrania está saboteando los acuerdos de Minsk, un tema crucial, que incluye el control de la frontera por parte de Kiev.
Y Usted se preguntará, lo mismo que yo, por qué Estados Unidos sigue de forma tan delirante este conflicto; bueno pues, algunos analistas lo ven como una cortina de humo que esconde los severos problemas que atraviesa la administración de Biden en la antesala de elecciones de medio término con muchas promesas aún incumplidas, y por otro lado, la figura de Donald Trump blanco de serias y numerosas acusaciones.
Según el diario El País, Kamala Harris, vice presidenta de los Estados Unidos, lanzó su advertencia de que si Rusia intenta agredir de nuevo a Ucrania, “habrá sanciones financieras de gran alcance y medidas de control de exportaciones”.
Comportándose como el todopoderoso dueño del planeta, EE.UU. no pierde chance para ver en la concreción de este conflicto, una oportunidad para su negocio armamentista, y plantea reforzar más aún sus aliados de la OTAN en el flanco oriental, hacia donde decidió trasladar a 6 mil soldados rumbo a Alemania, Polonia y Rumania, y puso en estado de alerta a otros 8.500 soldados.




