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Opinión

AL KIRCHNERISMO NO LE DEBO NADA

Por Carlos Galli.

A los que usurparon al peronismo, felizmente no les debo absolutamente nada.

Son, junto a la Cámpora, como un gran panal de abejas. Todos alrededor de una reina. Obreras, laburadoras, pero también están los zánganos que, como tales no sirven para nada.

He puesto mucho más que el pecho por el Peronismo Revolucionario, el que quería nuestra única abanderada, la entrañable Evita. Muy por el contrario, por el kirchnerismo o neo peronismo no he movido un dedo, ni lo haré.

Ya tengo 70 años, marcados en mi cuerpo, por la brutalidad de los militares genocidas y por la nefasta Triple A. Me llenaron a balazos en Ezeiza. Me echaron de la mítica Plaza de Mayo. Me secuestraron los grupos de tareas de la marina gorila y fascista.

Me tuvieron detenido en la terrorífica ESMA, hoy Museo de Memoria. Aunque siempre pensé que la tendrían que haberla tirado abajo y que no quedara un solo ladrillo manchado de sangre, de compañeros y compañeras que murieron para que la Patria Viva. Los vi morir con valor y algunos mientras se desangraban, gritaban con sus pocas fuerzas “Hasta la Victoria Siempre”.

Los «nuevos revolutas» del kirchnerismo y de la secta que lidera mínimo Kirchner, perdón Máximo, son incapaces de igualarnos, ni siquiera de imitarnos. No tiene ideales, no tienen convicciones, no tienen una ideología clara y sus discursos tribuneros, son solo para la gilada.

A los militantes del campo popular nos llamaban «guerrilleros», cuando la verdad es que éramos jóvenes patriotas, que queríamos cambiar el mundo, y obviamente no pudimos. Siguen los de siempre. Los poderosos capitalistas, con el apoyo de la derecha reaccionaria y recalcitrante.

Los gremios combativos han desaparecido y sus dirigentes cambian de vereda, según les convenga a sus mezquinos intereses.

Los grupos sociales le hacen el juego a la derecha, y el kirchnerismo, y el Instituto Patria, es una bolsa de traidores a las causas del verdadero pueblo.

Cuando asumió Néstor Kirchner creí que conseguía un trabajo digno. Me prometieron Télam. Me cerraron las puertas. Me dijeron que no era del palo ni de paladar negro.

Luego asume la Dra. Cristina Elizabeth Fernández, me llenaron de promesas, no cumplieron ninguna.

Una tarde me recibió Abal Medina, me expresó que nada podía hacer. Que mi pasado me «condenaba». Jamás entendí una respuesta, que no entendí.

Tal vez, mi militancia de los 70, fue demasiado revolucionaria. También me entrevistó el Secretario de Culto de la Nación, y me dijo que yo era muy radicalizado a nivel religioso. Parecería que amar y seguir la doctrina Cristiana, es ser radicalizado. Si es así, seguiré siendo un cristiano muy radical.

Jamás trabajé y ya no lo haré en el Estado. Y pienso que es lo mejor que me pudo pasar. Estar alejado de la cúpula que se apoderó del Peronismo, me hace sentir que no me equivoqué en mis convicciones, ni en mis ideales.

Por esto y mucho más, digo con la garganta ronca, que nada le debo al kirchnerismo. Y esto me hace sentir muy bien. Pesada carga sería deber algún favor a la secta que pretende quedarse con el PERONISMO AUTÉNTICO.

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